DIRECTORIO FRANCISCANO
ENCICLOPEDIA FRANCISCANA

PEQUEÑA ENCICLOPEDIA FRANCISCANA

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IBI, Camilo de (1872-1927). Capuchino, misionero y escritor. Nació el 12 de agosto de 1872 en Ibi (Alicante). A los 16 años vistió el hábito de san Francisco en la Provincia Capuchina de Valencia. En 1913 marchó a la misión de la Guajira colombiana, donde desplegó un extraordinario y fructífero apostolado. Fue allí director de la revista Ecos de la Misión (1913-1917); fue asimismo asiduo colaborador de Florecillas de San Francisco, donde publicó numerosas e interesantes crónicas misionales. La mayor gloria del P. Camilo de Ibi como misionero fue el trabajo que realizó, aun con peligro de la vida, entre los indios motilones de la región colombiana, a los que estuvo plenamente consagrado desde 1918 hasta su muerte acaecida en Perijá (Colombia) el 24 de octubre de 1927. Entre sus escritos hay que destacar: Curiosos datos etnográficos y expedición a la Sierra de Motilones, Bogotá 1919. [Cf. B. de Carrocera, en DHEE].


IBI, Gregorio de (1653-1694). Hermano profeso capuchino, misionero y mártir. Nació el año 1653 en Ibi (Alicante). Ejerció el oficio de herrero hasta que, en 1673, vistió el hábito de san Francisco en el convento de Masamagrell, perteneciente a la Provincia Capuchina de Valencia; cambió entonces su nombre de pila, Pedro Juan Jover Segura, por el de fray Gregorio de Ibi. Ya profeso, siguió con su oficio y colaboró en la construcción de los conventos de Onteniente y Játiva. Pero el deseo de misiones le llevó en 1686 a Caracas (Venezuela), donde junto al P. Cirilo de Onteniente se encargó de la evangelización de los indios Tomuces. En 1694 la Congregación de Propaganda Fide encomendó la misión de Maracaibo a la Provincia Capuchina de Valencia. El 4 de junio de aquel mismo año llegaban a Sierra de Motilones sus primeros misioneros, el P. Buenaventura de Vistabella, el P. Antonio de Ollería y Fr. Gregorio de Ibi.

En su deseo de llevar la fe y la civilización a los indios Coyamos, todavía salvajes y antropófagos, fray Gregorio se internó solo en su territorio, y fue bien acogido por el primer grupo que encontró; pero los caciques vecinos reaccionaron violentamente y, mientras él estrechaba en sus manos el crucifijo y el rosario, lo arrastraron, lo amarraron a un árbol, lo lancearon, trocearon y asaron. Era el 13 de septiembre de 1694 en territorio de la Misión de Maracaibo. El regreso del perro que lo había acompañado alertó a sus compañeros; días después, los soldados visitaron al cacique que había tratado con benevolencia al mártir y se informaron de todo lo sucedido.


INDULGENCIA DE LA PORCIÚNCULA. También llamada «Perdón de Asís». Gracias concedidas por los papas, a petición de san Francisco, a quienes visitasen la capillita de la Porciúncula o de Santa María de los Ángeles.


IRIARTE, Lázaro (1913-1989). Capuchino, sacerdote, especialista en historia y espiritualidad franciscana. El P. Lázaro Iriarte Iturri nació en Aspurz (Navarra) el 31 de julio de 1913. Vistió el hábito capuchino en 1931. Cursó la carrera eclesiástica en Fuenterrabía y Pamplona. Durante la guerra civil española prestó servicio de sanidad en el hospital de Lecároz (Navarra). Recibió la ordenación sacerdotal en 1939 y enseguida marchó a Roma para estudiar historia eclesiástica en la Gregoriana (1939-1942), en la que hizo el doctorado. A continuación lo destinaron a la docencia en su teologado de Pamplona (1942-1963); además fue maestro de novicios. De 1965 a 1970 fue rector del Colegio Internacional San Lorenzo de Brindis, en Roma. En 1970 fue elegido Definidor general de su Orden por un sexenio, y nombrado profesor del Instituto Franciscano de Espiritualidad (Antonianum). A partir de 1976 fue Asistente General de las Clarisas Capuchinas y de los Institutos agregados a la Orden. Trabajó en la renovación de las Constituciones Generales de los capuchinos. En 1984 fue nombrado Consultor de la Congregación para las causas de los santos. Fue miembro de academias y sociedades del campo de la historia franciscana.

Junto a esos y otros cargos, hay que subrayar su intensa actividad docente como profesor, sobre todo, de Historia Eclesiástica, Historia de la Orden, Espiritualidad Franciscana, Espiritualidad de Santa Clara, Formación Franciscana, etc. Dictó seminarios en los centros de estudio, dio muchos cursillos y conferencias también fuera de los ámbitos académicos, y fueron numerosas las tandas de ejercicios espirituales que dirigió. Sus campos de apostolado estuvieron en Italia, España y América Latina, y algún otro país. Los públicos a los que se dirigía eran los religiosos en general, y en particular los jóvenes capuchinos en período de formación, las clarisas capuchinas, los Institutos femeninos franciscanos. Junto a todo ello, fue asesor en capítulos generales y provinciales de Institutos franciscanos y en la renovación de las Constituciones.

De palabra y por escrito habló a todos de fraternidad y minoridad, acercó las fuentes franciscanas, ayudó a comprender el carisma de Francisco y de Clara, hizo contemplar y comprender mejor la historia franciscana, iluminó nuestra realidad de hoy a la luz de los orígenes. Y hay que decir que todo eso lo confirmaba con el ejemplo de su vida. De sus escritos, que tanto bien han hecho, indicamos sólo: Vocación Franciscana, Valencia 1989; Letra y espíritu de la Regla de santa Clara, Valencia 1975 y 1994; Historia Franciscana, Valencia 1979. Para mayor información, véanse los índices de nuestra Bibliografía franciscana y Estudios Franciscanos 89 (1988) 9-44.


IVARS, Andrés (1885-1936). Franciscano, sacerdote, historiador. El P. Andrés Ivars Cardona nació en Benissa (Alicante, España) en 1885. Vistió el hábito de San Francisco en Santo Espíritu del Monte (Gilet, Valencia) en 1900. Hizo la profesión al año siguiente y en 1909 recibió la ordenación sacerdotal. Por sus aptitudes para el estudio fue enviado al Ateneo Pontificio Antonianum de Roma, donde estudió patrología e historia eclesiástica; a la vez cursó estudios de paleontología y diplomática en la Escuela Pública del Archivo Vaticano. En 1913 fue destinado al centro de investigación histórica que la Orden tenía en Quaracchi (Florencia), donde permaneció cosa de un año.

En 1914 falleció el P. Jaime Sala, de su misma Provincia y uno de los fundadores de la recién fundada revista Archivo Ibero-Americano (AIA). El P. Ivars lo sustituyó como representante de la Provincia franciscana de Valencia, y a partir de entonces fue colaborador de la misma, en 1919 Vice-Director y, desde 1928, Director. Estuvo unos años incorporado a su Provincia, en la que desempeñó los oficios de Maestro y Lector de los Estudiantes, Cronista y Definidor provincial. De 1920 a 1936 residió en Madrid, dedicado de lleno a la investigación histórica y a la divulgación de sus estudios, principalmente en la citada revista AIA, pero también en otras de carácter histórico. Su prestigio en el campo de la investigación histórica se extendió incluso más allá de las fronteras nacionales. Sus numerosos artículos y sus libros, escritos en castellano o en valenciano, versaban en especial sobre temas de historia o de cultura, tanto de la familia franciscana como de la sociedad valenciana.

Era un religioso humilde y sencillo, amante del retiro y del trabajo, centrado en sus estudios y publicaciones, de carácter bondadoso, y, en la flor de su vida, en la plenitud de su producción literario-histórica, en la cumbre de su fama, fue segada su vida por la persecución religiosa de 1936 en España. El 20 de julio de aquel año, incendiaron el Colegio Cardenal Cisneros, sede de la revista AIA, y apresaron a los religiosos; el P. Ivars estaba ausente de la casa en aquella circunstancia. Allí ardieron la biblioteca, el archivo y todo cuanto se había reunido en años de estudio e investigación. Él se recogió primero en el Sanatorio "Villa Luz", del que era capellán, luego en casa de unos amigos, hasta que consideró prudente irse con su familia. Cuando se dirigía a Benissa, fue reconocido y detenido en Denia (Alicante). A la mañana siguiente, 8 de septiembre de 1936, apareció su cadáver cerca de Gata de Gorgos (Alicante); lo habían fusilado. Está en curso la causa de su beatificación. Más información sobre su vida y escritos en AIA 49 (1989) 51-77.


JACOPONE DE TODI (hacia 1230-1306). Franciscano, de los "espirituales", poeta y místico. Nació en Todi, en la Umbría italiana, no lejos de Asís, de la familia Benedetti. Cuando tenía unos cuarenta años perdió la mujer y «se convirtió». Vivió un tiempo como eremita penitente y luego ingresó en la Orden franciscana y, aunque era hombre de cierta cultura (no es seguro que fuese abogado), quiso ser siempre hermano lego. En las discusiones entre los franciscanos sobre la observancia de la Regla se puso de parte de los espirituales, contra la Communitas Ordinis. A causa de sus ideas espiritualistas pasó algunos años en prisión (1297-1303). Murió en Collazone (Perusa). Es uno de los más conocidos autores de "laudes" de la Edad Media. De él tenemos, además del Stabat Mater, un centenar de Laudes; los escritos en prosa que se le atribuyen son de dudosa autenticidad. Las Laudes pueden dividirse en cuatro grupos: doctrinales, místicas, hagiográficas y satíricas.

Su pensamiento espiritual se saca sólo de las Laudes y por ello es fragmentario. Podemos distinguir la doctrina espiritual en general y la franciscana en especial. En cuanto a la primera, encontramos el árbol de la contemplación (motivo muy común en la Edad Media), «en que se representan simbólicamente los grados a través de los cuales el alma llega hasta la unión divina. Realiza su ascensión hacia Dios pasando sucesivamente por tres árboles, el de la fe, el de la esperanza y el de la caridad». También hallamos acentuado el fin práctico: «Conmover al alma esclava del pecado y, después de que ésta haya recuperado la gracia, acompañarla paso a paso en el camino de acercamiento a Dios, en cuyo amor perfecto consiste la verdadera felicidad, el verdadero paraíso en la tierra» (Fernando de S. María). Para obtener esa felicidad, propone la consideración del estado miserable de los pecadores y de los condenados, y también la consideración de los sufrimientos que Cristo padeció por nuestra salvación. Para corresponder mejor a la invitación de Cristo, el alma es conducida por el camino de la penitencia rigurosa, del desapego y del anonadamiento. Con el desapego está unida la práctica de la perfecta pobreza. La unión mística se efectúa por medio del amor.

En cuanto a la doctrina espiritual franciscana, hay que reconocerle una aportación parcial: la acentuación del amor hasta el llanto porque «el Amor no es amado», la nota penitencial hasta la austeridad, las exigencias de retiro y sobre todo la práctica de la pobreza más radical. Pero, al pertenecer al ambiente de los espirituales, descuida otros elementos de la espiritualidad franciscana, como su nota apostólica y las consiguientes exigencias, la reverencia y sumisión a la Iglesia jerárquica, la comprensión fraterna. Ejerció un influjo discreto, especialmente en autores franciscanos y clarisas. Es el poeta del espiritualismo de los frailes menores. En cuanto a la santidad de su vida, digamos que el proceso de beatificación está cerrado a causa de sus escritos satíricos. [Cf. A. Matanic, en Dicc. de Espiritualidad, Herder].


JAÉN, Manuel de (1676-1739). Capuchino, misionero popular y escritor ascético. Nació en Jaén (España) el 6 de abril de 1676. Vistió el hábito de san Francisco en el convento de Alcalá de Henares (Madrid), perteneciente a la Provincia capuchina de Castilla, el año 1697 y recibió la ordenación sacerdotal en 1704. Fue superior de algunos conventos, pero su principal gloria y actividad es, sin duda, la predicación, sobre todo de misiones populares, recorriendo en ese apostolado numerosos pueblos de Toledo, Castilla la Nueva, León, Valladolid y, singularmente, la llamada Tierra de Campos. Tenía una gracia y estilo peculiar en su predicación, a la que acudía tan gran concurso de gente, que se veía obligado a predicar en las plazas. Brilló además por sus virtudes, por su amor a la oración, al retiro, a la observancia regular, y por su constancia en el trabajo. Murió en Valladolid el 11 de noviembre de 1739.

El P. Manuel de Jaén tenía una singular gracia para escribir y, como fruto de su experiencia en el púlpito y en el confesonario, dio a la imprenta algunas obras para fomentar la formación y piedad de los fieles; la más conocida es: Instrucción utilísima y fácil para confesar particular y generalmente, y prepararse y recibir la sagrada Comunión, Madrid 1718?, que tuvo más de 30 ediciones y alcanzó una enorme difusión. [Cf. L. Iriarte, en DHEE].


JESÚS, Francisca de (1498-1557). Isabel de Borja, nombre de pila de la monja clarisa sor Francisca de Jesús, nació en Gandía (Valencia) el 5 de enero de 1498. Sus padres fueron Juan de Borja, II Duque de Gandía, y María Enríquez de Luna, que tuvieron dos hijos: nuestra Isabel y Juan, III Duque de Gandía, el padre de san Francisco de Borja y de otros muchos hijos. En sus primeros años recibió una sólida formación humanística; aprendió latín y manejaba los clásicos, la Biblia y los Santos Padres. Cuando estaba ya concertado su matrimonio con el primogénito de los Duques de Segorbe, acertó a entrar a edad temprana en el Monasterio de las Descalzas de Gandía (Valencia), fundado por doce discípulas de santa Coleta, la reformadora de las clarisas, del que ya no quiso salir, vistiendo luego el hábito en 1511 y profesando al año siguiente. Brilló por sus virtudes. Era de conversación agradable, compuesta y amable en sus acciones, consejera discreta, paciente en los trabajos y de un corazón magnánimo. Se distinguió por su acendrada devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

La madre Francisca de Jesús fue elegida abadesa de Santa Clara de Gandía en 1533, y gobernó sabia y santamente su monasterio hasta que, en 1548, renunció al cargo para poder hacer fundaciones lejos de su entorno familiar. Tuvo la satisfacción de ver religiosas de su monasterio de Gandía a su propia madre, sor María Gabriela, y a cinco sobrinas, hijas de su hermano Juan III de Borja, hermanas por tanto de san Francisco de Borja. Liberada de su servicio como abadesa, salió a fundar algunos monasterios, y mientras trabajaba en la fundación del de las Descalzas Reales de Madrid, le sorprendió la muerte en Valladolid el 28 de octubre de 1557, siendo enterrada en el mismo sepulcro en que siete años antes lo había sido el P. Juan de Tejeda. Escribió algunas cartas y, además, compuso unas Exhortaciones espirituales, dirigidas a sus religiosas, que fueron impresas en Madrid el año 1616 con la Historia de la Fundación de las Descalzas Reales. Otro opúsculo suyo, publicado recientemente con los Tratados espirituales de san Francisco de Borja (Barcelona 1964), es: De la imagen de Dios borrada, que es el alma del pecador.


JOERGENSEN, Johannes (1866-1956). Historiador y poeta de san Francisco de Asís.


JUMILLA, Mateo de (-1578). Franciscano, hermano profeso, misionero. Nació en Jumilla (Murcia, España) en año que desconocemos. En 1545 lo encontramos de misionero en Perú, donde, a pesar de no ser sacerdote, desarrolló un activísimo apostolado en las provincias de Cajamarca y Puno. Fray Mateo de Jumilla edificaba a todos con su vida ejemplar y recorría ciudades y aldeas acompañado de 50 jóvenes indios, por él instruidos, con los que, en alta voz, iba recitando la doctrina cristiana por los caminos; además, luego se servía de ellos para la labor catequética, de enorme influencia apostólica sobre los nativos. Falleció con fama de santidad en Chachapoyas (Perú) el 29 de enero de 1578, y por dos veces, en 1588 y 1620, se realizaron investigaciones acerca de sus virtudes heroicas en orden a su proceso de su beatificación.


JUNÍPERO DE ASÍS (-1258). Compañero de san Francisco.


KOSER, Constantino (1918-2000). Franciscano, Ministro general de la Orden 1965-1979. Fray Constantino Koser nació en Curitiba (Paraná, Brasil) el 9-V-1918. De niño ingresó en el seminario de la Provincia de la Inmaculada Concepción, hizo el noviciado en 1935 y fue ordenado sacerdote el 12-VII-1941. De 1951 a 1953 se especializó en teología en Friburgo (Alemania), donde se doctoró brillantemente. De regreso a Brasil, volvió a enseñar teología en Petrópolis, en el Instituto Teológico de su Provincia. Además de profesor, fue director del Departamento de Catequesis de la diócesis de Petrópolis. Participó activamente en el movimiento teológico asuncionista y en los varios congresos previos a la proclamación del dogma de la Asunción, a la que asistió. En enero de 1956 organizó y dirigió, en Salvador de Bahía, el primer congreso teológico brasileño. En julio de 1958 fue nombrado miembro de la Pontificia Academia Mariana Internacional. En mayo de 1963 fue elegido Definidor general por América Latina. En Roma participó en las reuniones teológicas de los obispos de Brasil durante el concilio Vaticano II.

El 3-IX-1965 el Definitorio general lo nombró Vicario general de la Orden, para concluir el mandato del P. Sépinski, que había sido nombrado obispo y delegado pontificio. Fue nombrado "Padre conciliar" en la IV sesión del Concilio. El Capítulo general de 1967, en Asís, lo eligió Ministro general. Participó con voz y voto, elegido por la Unión de Superiores Generales, en los Sínodos de 1967 (el primero), 1974 y 1977. Preparó y dirigió el Capítulo extraordinario de la Orden, en Medellín (Colombia), en 1971. Fue reelegido Ministro general en el Capítulo general de Madrid, en 1973. Preparó y dirigió el Capítulo general extraordinario de Asís, en 1976, conmemorativo de los 750 años de la muerte de san Francisco. También presidió y ejecutó varios Consejos plenarios. En 1979 participó con voz y voto, nombrado por el Santo Padre, en la Conferencia de los Obispos de América Latina, en Puebla (México).

Concluido su segundo mandato como Ministro general en el Capítulo de 1979, regresó a su Provincia. Desde su residencia, en Petrópolis, desplegó una gran actividad como conferenciante y como orientador de capítulos generales de congregaciones religiosas. Tras serle implantado un marcapasos, tuvo que disminuir su actividad. Es autor de libros, artículos y documentos. Especialmente conocidos son: El pensamiento franciscano, La relación con Dios, Cómo veo la Orden hoy, traducidos en todas las lenguas modernas. Dejó unas quince mil páginas mecanografiadas, fruto de sus meditaciones diarias. Murió en Petrópolis el 19-XII-2000. [Cf. Acta OFM, 2000, 395-97].

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