DIRECTORIO FRANCISCANO

Espiritualidad franciscana


LAS ADMONICIONES DE SAN FRANCISCO
Meditaciones

por Kajetan Esser, OFM

 


Kajetan Esser, OFM
LAS ADMONICIONES DE SAN FRANCISCO DE ASÍS
Meditaciones

ÍNDICE

Admonición 1: El Cuerpo del Señor.

Admonición 2: El mal de la propia voluntad
Admonición 3: La perfecta obediencia
Admonición 4: Nadie se apropie la prelacía

Admonición 5: Nadie se enorgullezca, sino gloríese en la cruz del Señor
Admonición 6: La imitación del Señor
Admonición 7: Al saber siga el bien obrar

Admonición 8: Evítese el pecado de envidia
Admonición 9: El amor
Admonición 10: Sujeción del cuerpo

Admonición 11: Actitud ante el pecado ajeno
Admonición 12: Cómo conocer el espíritu del Señor
Admonición 13: La paciencia

Admonición 14: La pobreza de espíritu
Admonición 15: Bienaventurados los pacíficos
Admonición 16: La limpieza del corazón

Admonición 17: El humilde siervo de Dios
Admonición 18: La compasión del prójimo y el siervo bueno de Dios
Admonición 19: El humilde siervo de Dios

Admonición 20: El religioso bueno y el religioso vano
Admonición 21: El religioso vano y locuaz
Admonición 22: La corrección

Admonición 23: La verdadera humildad
Admonición 24 y 25: El amor verdadero
Admonición 26: Los siervos de Dios honren a los clérigos

Admonición 27 (I parte): La virtud que ahuyenta el vicio
Admonición 27 (II parte): La virtud que ahuyenta el vicio
Admonición 28: Ocúltese el bien para que no se malogre

J. Benlliure: San Francisco

INTRODUCCIÓN

Las veintiocho Admoniciones (= Adm), así llamadas tradicionalmente, vienen a ser como normas de gran penetración psicológica para el discernimiento de espíritus; enseñan a no contentarse con el nombre de pobres y humildes o con ciertas prácticas ritualizadas de virtud, sino a ser verdaderamente pobres de espíritu, puros de corazón, sencillos, obedientes; es decir, a ser hermanos menores en espíritu y en verdad. Son fruto maduro de la experiencia pastoral de san Francisco en el trato con sus hermanos.

Estas «palabras de amonestación», algunas de las cuales -las últimas- revisten la forma de bienaventuranzas, son quizás de las que más y mejor delatan e identifican a Francisco en lo que era y es buena definición suya: hermano y pobre. Son, en su aparente anonimato, palabras biográficas tanto de su propia existencia como de la primitiva fraternidad. De ahí arrancan. Cumplen una de las tareas del hermano para con su hermano: exhortarle. Y son, además, la explicación de la tarea fundamental del hermano menor: la personal fraternidad y pobreza en seguimiento de Cristo y en escucha fiel de su Evangelio.

Nada hay cierto sobre los años de su composición. Tampoco es posible señalar con certeza las circunstancias que las motivaron o en que se escribieron, ni su naturaleza: amonestaciones capitulares o, en opinión de Sabatier, fragmentos que quedaron fuera del proyecto de la regla como ampliaciones superfluas o como cláusulas no aptas para una regla.

Podían resumir el contenido de las Admoniciones, al mismo tiempo que servir de ayuda o hilo conductor de su lectura, estas palabras de la Adm 5, que, a la vez, nos ofrecen la clave para entenderlas en profundidad evangélica: «Por el contrario, es en esto en lo que podemos gloriarnos: en nuestras flaquezas y en llevar diariamente la santa cruz de nuestro Señor Jesucristo». Dos ejes, pues, centran las ideas:

1.º Jesucristo en su entrega.- Es la entraña de su vida, es su sabiduría, es su suficiencia. Él lo resume todo en este escrito y ata los hilos todos de su reflexión. Punto de partida incuestionable de toda su aventura hacia el Dios inaccesible lo es precisamente desde la cercanía de su carne humana o eucarística. Él es la inspiración desde la palabra evangélica, es el buen pastor que abre senda y camino. Todo el escrito lo deja adivinar y lo señala. Aquí, como siempre, es el Señor Jesucristo.

2.º Nuestra gloria, las debilidades y la cruz de Cristo.- El que «diariamente se humilla» impone afán y camino. Seguirle va a ser la tarea que impondrán las Admoniciones. Seguirle por el camino que inevitablemente dará en la debilidad y en la cruz. Las Admoniciones -cantar de los cantares de la pobreza se las ha llamado- son el comentario plural de la única pobreza, desapropiación frente «al que dice y hace todo bien» y frente al hermano. Pobreza que a lo largo de las veintiocho Admoniciones será expresada de las formas siguientes: desapropiación de la voluntad propia y de los cargos; no presumir del bien que Dios dice y hace en nosotros o por nosotros; abandono de la propia voluntad; perder el cuerpo; obediencia; no presumir de la prelacía o no turbarse cuando nos la quitan; no recibir gloria y honor; no leer interesada y curiosamente la palabra de Dios; no atribuirse la ciencia; no envidiar el bien que el Señor dice y hace en el hermano; no irritarse por el pecado de los otros; no retener nada para sí; no envanecerse del bien que el Señor hace por medio nuestro; paciencia; humildad; no escandalizarse; no perder la paz; odiarse a sí mismo; amar a los que nos abofetean; despreciar lo terreno y amar lo celestial; sufrir al prójimo en su debilidad; restituir todos los bienes al Señor Dios; desear estar a los pies de los demás; ocultar los dones del Señor para no envanecerse de ellos.

Así se figuraba Francisco la forma de ser justo y honesto con Dios y con los demás. La pobreza evangélica, en el indudable misterio que no llegaba a expresar, era al fin respeto sobre todo. Nada más que adoración. O amor, que viene a ser lo mismo. Francisco nos ha ayudado así a releer páginas fundamentales del Evangelio. Por ejemplo, el evangelio de la fe desde la humanidad del Hijo: Jn 14,6-9 = Adm 1. Y el evangelio de la bienaventuranza del Reino, que, siendo el espacio libre para desposeídos, con el centro y el eje de su vida sólo en Dios y en los hermanos, es la lectura paralela imprescindible de las restantes admoniciones: Mt 5,7 = Adm 2-28.

Sebastián López, OFM, en San Francisco de Asís. Escritos. Biografías. Documentos. Madrid, BAC, 19987, 75-77.

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Bajo el título de Verba admonitionis fue difundida, poco después de la muerte de san Francisco, una compilación, conocida y utilizada por los tres recopiladores de Greccio, en 1246, y por Tomás de Celano en su Vita II. Se trata de una serie de avisos espirituales, verdaderos comprimidos de pedagogía espiritual, que provienen de las "exhortaciones, correcciones y normas" que dirigía el fundador con ocasión de los capítulos de la fraternidad (TC 57).

Es muy probable que el compilador, con miras a que el opúsculo alcanzara un público monástico más amplio que el estrictamente franciscano, sustituyera el término frater (hermano) por el más corriente en la literatura ascética tradicional, servus Dei (siervo de Dios), y por el de religiosus, así como el de minister por el de praelatus, para designar al superior, ministerium por praelatio (cf. Adm 4).

Puede decirse que el hilo conductor de todo este documento, de extraordinario valor para conocer a Francisco como guía espiritual de la fraternidad, es la pobreza interior y la doctrina del desapropio espiritual; bajo diversos aspectos, es el tema de casi todas las admoniciones. Estas suelen dividirse en: a) enseñanzas (1-12), b) bienaventuranzas (13-28).

Lázaro Iriarte, OFMCap, Escritos de san Francisco y de santa Clara. Valencia, Ed. Asís, 19923, 87.

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Admoniciones (Adm). Se trata de una colección de avisos y exhortaciones, generalmente breves, referentes a la vida ascética y mística de los frailes menores. Estos son sus principales destinatarios, aunque posiblemente incluyendo también a otros cristianos, según parece deducirse de la designación de los superiores con el nombre más general de «prelados», así como de la sustitución de «frailes» por «siervos de Dios». Ostentan carácter señaladamente parenético y práctico. Las Admoniciones son un collar de veintiocho piedras preciosas en cuyo brillo reluce tanto la espiritualidad de Francisco como su ideal y concepción de la vida minorítica, muy vinculada a la pobreza, cuyo cantar de los cantares es (K. Esser). Podría pensarse en un ensayo de educación y pedagogía franciscana.

La Leyenda de los Tres Compañeros (TC 57) refiere que Francisco impartía «admoniciones, correcciones y preceptos» a los frailes reunidos en los Capítulos de Pentecostés. Pero no se debe pensar que todas proceden de esa circunstancia. Se originaron en tiempos diferentes. Claro que no es posible fijar fecha de cada una. Se piensa que el inicio de las Admoniciones se puede fijar en 1216-1217. Pero parece cierto que fueron reelaboradas, reunidas y ordenadas a fines de la vida del Santo, como podría deducirse, entre otros indicios, del estilo medianamente esmerado por obra de los amanuenses.

Desbonnets -35- indica que «ciertos testimonios externos sobre las Admoniciones nos son preciosos: sabemos por san Buenaventura que Francisco repetía frecuentemente las Adm 20 y 28 (LM 6,1 y 10,4); en cuanto a la Adm 6 se recorta y engasta en el Espejo de Perfección, cap. 4, y la Adm 21 (citada como tal), cap. 96 (de los nn. marginales)». Añade que es interesante y revelador buscar los puntos de contacto con el resto de los escritos, en particular el tono y los temas de las Admoniciones con la Regla no bulada y con la Carta a toda la Orden. En siglos anteriores fueron altamente estimadas las Admoniciones, como se colige de sus numerosísimos manuscritos, más que el resto de los escritos, exceptuando la Regla bulada y el Testamento.

Pueden dividirse (aunque no todos los manuscritos presentan el mismo orden) en dos partes: Adm 1-12, de tema heterogéneo; Adm 13-28, bienaventuranzas franciscanas. Los títulos de las Admoniciones proceden de los manuscritos.

Isidoro Rodríguez, OFM, Los escritos de san Francisco de Asís. Murcia, Ed. Espigas, 20032, 355-356.

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ABREVIATURAS Y SIGLAS EMPLEADAS

Escritos de San Francisco

Adm Admoniciones o exhortaciones.
AlD Alabanzas al Dios altísimo, escritas para el hermano León.
AlHor Alabanzas para todas las horas.
Cánt Cántico de las criaturas o del hermano sol.
CtaA Carta a las autoridades de los pueblos.
CtaCle Carta a los clérigos.
1CtaCus Primera carta a los custodios.
2CtaCus Segunda carta a los custodios.
1CtaF Carta a los fieles, primera redacción.
2CtaF Carta a los fieles, segunda redacción.
CtaL Carta al hermano León
CtaM Carta a un ministro.
CtaO Carta a toda la Orden (= Carta al Capítulo).
ExhAD Exhortación a la alabanza de Dios.
ExhCl Exhortación cantada a Clara y sus hermanas
FVCl Forma de vida para Clara y sus hermanas.
OfP Oficio de la Pasión.
ParPN Paráfrasis del Padrenuestro.
1 R (Rnb) Primera regla, regla no bulada o de 1221.
2 R (Rb) Segunda Regla, regla bulada o de 1223.
REr Regla para los eremitorios.
SalVM Saludo a la bienaventurada Virgen María.
SalVir Saludo a las virtudes.
Test Testamento.
TestS Testamento de Siena.
UltVol Última voluntad para Clara y sus hermanas.
VerAl La verdadera alegría.
 

Escritos de Santa Clara

1CtaCl Primera carta de santa Clara a santa Inés de Praga.
2CtaCl Segunda carta de santa Clara a santa Inés de Praga.
3CtaCl Tercera carta de santa Clara a santa Inés de Praga.
4CtaCl Cuarta carta de santa Clara a santa Inés de Praga.
5CtaCl Carta de santa Clara a Ermentrudis de Brujas.
BenCl Bendición de santa Clara.
RCl Regla de santa Clara, de 1253.
TestCl Testamento de santa Clara.

 

Fuentes biográficas franciscanas

AP Anónimo de Perusa.
BulCan Bula de canonización de santa Clara.
1 Cel Tomás de Celano: Vida primera de san Francisco.
2 Cel Tomás de Celano: Vida segunda de san Francisco.
EP Espejo de Perfección.
Flor Florecillas de san Francisco.
LCl Leyenda o vida de santa Clara.
LM San Buenaventura: Leyenda mayor.
Lm San Buenaventura: Leyenda menor.
LP Leyenda de Perusa.
Proceso Proceso de canonización de santa Clara.
SC Sacrum commercium.
TC Leyenda de los Tres Compañeros.

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