DIRECTORIO FRANCISCANO
ENCICLOPEDIA FRANCISCANA

PEQUEÑA ENCICLOPEDIA FRANCISCANA

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NADAL, Pascual (1884-1935). Hermano profeso franciscano, misionero y mártir en China. Fray Pascual Nadal Oltra nació en Pego, provincia de Alicante (España), en 1884. Pronto quedó huérfano de padre, y la madre cuidó su educación. En Valencia estudió Bellas Artes y trabajó la escultura en el taller de Amador Sanchis. A los 20 años vistió el hábito franciscano en Santo Espíritu del Monte (Gilet-Valencia), donde hizo la profesión el 20 de agosto de 1905 y donde pasó los años siguientes junto a fray Ezequiel Mampel, maestro suyo en la vida religiosa y en el arte de modelar y tallar. Su madre enfermó de lepra, y los superiores lo trasladaron al convento de Pego para que la cuidara, primero en su casa y luego en el sanatorio de Fontilles, donde atendía también a otros enfermos. En 1916 falleció la madre, y fray Pascual se reintegró a la vida conventual y a su tarea de escultor, hasta que, en 1927, los superiores lo enviaron a cuidar en Valencia a un religioso aquejado de grave enfermedad. Al año siguiente falleció el enfermo, y fray Pascual solicitó al General de la Orden que lo enviara a la leprosería china de Mosimién, en proyecto de fundación. En noviembre de 1928 fray Pascual salía de Roma hacia el Extremo Oriente, y en enero de 1930 llegaba a la leprosería, situada en las estribaciones del Tibet, que aún tenía mucho de proyecto.

Fray Pascual y otros tres religiosos, que formaron la primera comunidad de Mosimién, tuvieron que completar, con sus propias manos y con escasos medios, la construcción del leprosario y del resto de la misión. Y hasta buscar por campos y caseríos a los enfermos, al principio desconfiados. En 1935 ya se contaba un centenar de internos. Fray Pascual curaba a los enfermos e intentaba influir en sus almas a través de su ejemplar caridad y de las imágenes del Señor, de la Virgen y de los santos que salían de su taller. La misión y la leprosería vivieron en paz hasta el 29 de mayo de 1935 en que las tropas comunistas comandadas por Mao Tse Tung las asaltaron. Los misioneros fueron conducidos ante Mao y, tras breves entrevistas, la mayoría pudo seguir atendiendo a los leprosos, mientras quedaban cautivos (rehenes?) el P. Pegoraro y Fr. Pascual, que marcharon con la tropa más de quinientos Km. Los misioneros, incansables y caritativos enfermeros, eran muy queridos de los soldados. Pero el capitán, joven exaltado y violento, no compartía esos sentimientos, y el 4 de diciembre de 1935, en los alrededores de Leang Ho Kow (Fupien), decapitó con su espada primero a fray Pascual y después al padre Pegoraro. Cuando los militares abandonaron el lugar, un anciano, que había visto lo ocurrido, recogió los cuerpos de los mártires y les dio sepultura. Las noticias del martirio llegaron a la leprosería en diciembre de 1936. La falta de pruebas ciertas y precisas del martirio ha impedido el proceso de su beatificación.


NÁJERA, José de (1621-1684). Capuchino, misionero y escritor ascético. Nació en Nájera (Logroño) el año 1621 y vistió el hábito de san Francisco en 1643. Estuvo de misionero en Arda (Africa) en 1660, pero por poco tiempo. En septiembre de 1661 llegó a la misión de Cumaná (Venezuela), donde permaneció hasta 1670, fundando la población de Nuestra Señora del Pilar. Volvió a España por enfermo y, en 1673, marchó a la misión de Los Llanos, de Caracas; aquí fundó el pueblo de San Antonio de Araure (Venezuela), donde falleció en 1684. Aparte de sus méritos como misionero, se distinguió por la santidad de vida.

Al P. José de Nájera se debe el primer impreso que se conoce de la lengua arda: Doctrina cristiana y explicación de sus misterios en nuestro idioma español y en lengua arda, Madrid 1658. Fue, asimismo, escritor místico, dejándonos estas obras: Atajo para ir al cielo, que conoció varias ediciones, y Espejo místico, Madrid 1672, obra destinada a la formación de los misioneros y que fue tenida en mucha consideración. [B. de Carrocera, en DHEE].


NASSARRE, Pablo (1664-1724). Franciscano, músico. Fray Pablo Nassarre nació y murió en Zaragoza. Al parecer fue ciego de nacimiento, como Cabezón y Salinas. A los veintidós años ingresó en el convento de San Francisco de Zaragoza, donde ejercía y luego ejerció el cargo de organista. Su cultura musical era tan vasta que sus superiores le autorizaron para abrir una escuela de armonía y contrapunto que ejerció un notable influjo entre los mejores compositores de su tiempo. Como organista formado en la escuela de Pablo Bruna, gozó de mucha estima entre sus contemporáneos.

Sus teorías, según los tratados de Zarlino, Cerone y Lorente, están expresadas en Fragmentos músicos, Zaragoza 1683, en cuya segunda edición (1700) incluyó el Tratado de Contrapunto. Esta misma obra, modernizada por el propio Nassarre, recibió el título de Escuela Música según la práctica moderna, Zaragoza 1723. [J. M. Llorens, en DHEE].


NAVARRO ARNAL, Manuel (1888-1931). Franciscano, misionero, escritor. El P. Manuel Navarro nació en Náquera (Valencia, España), el 30-III-1865. De joven ingresó en la restaurada provincia franciscana de Valencia y, hecho el noviciado, emitió la profesión religiosa el 14-VII-1888. Ya antes de recibir la ordenación sacerdotal había manifestado su vocación misionera, y apenas ordenado sacerdote en 1895 solicitó ir al Perú. Tras un largo y penoso viaje, llegó al Perú el 1-II-1896. Los superiores lo destinaron al Colegio de Santa Rosa de Ocopa. Un mes después acompañó al P. Tomás Hernández al Pangoa, donde el Señor lo libró milagrosamente de la muerte, en un asalto de los Campas, el 12-V-1896. Pasó al valle de Chanchamayo, misiones del Cerro de la Sal, y de allí a San Luis de Shuaro, San José de Sogormo y la Asunción de Quillazú, entre los Amueshes. Recorrió los ríos Pichis y Pachitea. Con todo el ímpetu de su juventud y celo apostólico, trabajó activamente en la conversión de los indios Campas, Amueshes, etc. Abrió escuelas, recogió a los niños de aquellas selvas para educarlos cristianamente y se perfeccionó en las lenguas quechua y pano. Fruto de estos trabajos, escribió un Vocabulario Castellano-Quechua-Pano, con sus respectivas Gramáticas Quechua y Pana (Cajamarca, Perú, 1919); La tribu Campa, ilustrado (Lima, 1924); La tribu Amuesha (Lima, 1924), e innumerables artículos publicados en Florecillas de San Antonio, revista ilustrada de Lima; en La Acción Antoniana, de Valencia, y en Misiones Franciscanas, de Aránzazu. La colección de artículos publicados en esta revista los ha editado el P. Benjamín Agulló: Manuel Navarro, Mis treinta y dos años en el Perú, Valencia 1993.

Enfermo de paludismo, se retiró a Ocopa, donde se dedicó a la predicación. Todavía volvió a la selva e hizo ricas colecciones de mamíferos, aves, reptiles e insectos y de indumentarias y utensilios varios de los antiguos y actuales pueblos nativos, que envió a los museos de Ocopa (Perú) y de Onteniente (Valencia). En 1919 fue nombrado guardián de Ocopa y en 1921 de San Antonio de Ica. Además, lo nombraron Procurador del Vicariato Apostólico del Ucayali, y, en concepto de tal, fue uno de los organizadores de la Exposición Misional Vaticana (1925) y de la de Barcelona (1929-30), recibiendo, por este motivo, una condecoración de la Santa Sede; el presidente de la República del Perú lo condecoró, también, con la Orden del Sol. Se quedó entonces en su Provincia religiosa de Valencia, y le sorprendió la muerte en Náquera, su pueblo natal, siendo superior del convento de Santo Espíritu del Monte, el 30 de octubre de 1931, a los 66 años de edad, 43 de hábito y 36 de servicio a las misiones.


NAVARRO, Gertrudis de la Santísima Trinidad, y Francisco GONZÁLBEZ. Fueron unos esposos que, de común acuerdo, abrazaron el estado religioso.

Gertrudis nació en Elche o Elx (Alicante, España) el 23-V-1660. Cediendo a la voluntad de sus padres, en febrero de 1677 contrajo matrimonio con Francisco González, notario de Crevillente. De mutuo acuerdo, bajo la dirección de su confesor el P. José Feliu, hicieron voto de castidad, y después de haber vivido nueve años y algunos meses como hermanos decidieron entrar en religión. Ella, desde el momento de su ingreso en el monasterio de Ntra. Sra. del Milagro de Cocentaina en 1686, dio ejemplo a las religiosas por la heroicidad de sus virtudes, y por el don de profecía, éxtasis casi continuo y revelaciones con que la favoreció el Señor. Fueron sus directores el P. José Feliu, obispo electo de Alguer (Cerdeña), el arzobispo Antonio Folch de Cardona y el P. Pedro Polo, provincial de Valencia y definidor general de la Orden franciscana, que le mandaron que manifestase por escrito las gracias y favores con que el Señor se le había manifestado. Fue maestra de novicias y abadesa del monasterio de Cocentaina. El 17-V-1714, junto con la religiosa Teresa de San Bruno, salió para fundar el monasterio de Sisante (Cuenca). Después de dejar consolidada esta fundación regresó a Cocentaina el 27-VII-1725. Probada con varias enfermedades y la pérdida de la vista, falleció santamente en Cocentaina el 23-VI-1736, asistida por el P. Pedro Polo. La fama de santidad de que gozó tanto en vida como después de su muerte y los milagros que la acompañaron, hicieron que la autoridad eclesiástica autorizase la información jurídica de las heroicas virtudes y milagros.

Francisco Gonzálbez, que también había nacido en Elche y era notario de Crevillente, fue admitido como religioso en la provincia descalza de San Juan Bautista de Valencia, por el provincial P. Pedro de Torrenueva, y comenzó el noviciado el 6 de septiembre de 1686, fecha en que su esposa ingresó en las clarisas de Cocentaina. Recibió la ordenación sacerdotal y fue un religioso muy docto, prudente y de singular virtud, por lo que le confiaron los cargos más delicados de la provincia descalza, siendo sucesivamente maestro de novicios, guardián y superior provincial (1710-1713). Se distinguió como poeta y la mayor parte de sus poesías las escribió en lengua valenciana. Dejó manuscrita una Relación de las cosas notables que había visto en su santa esposa. Murió en opinión de santidad en fecha desconocida, y su cuerpo fue hallado incorrupto muchos años después de su muerte. [Conrado Ángel y A. Llin].


NAVIDAD DE GRECCIO (1223). Relato de la Noche Buena que celebró san Francisco en Greccio el año 1223.


OCKHAM, Guillermo de (1280-1349). Franciscano, filósofo y teólogo, maestro y escritor.


OCKHAM, Nicolás de (1242? - 1320?). Franciscano, teólogo escolástico. De su vida y obras tenemos algunos datos seguros, otros probables y otros dudosos. Fray Nicolás de Ockham era ciertamente inglés, nacido en Ockham, cerca de Londres, en torno al año 1242. Ingresó en la Orden franciscana en la provincia de Inglaterra. Parte de sus estudios los hizo en París, y luego los continuó en Oxford. En 1267 era ya sacerdote. Obtuvo el título de maestro en teología el año 1286. Fue maestro de teología en Oxford, donde llegó a ser maestro regente. Murió con toda probabilidad en 1320. Muchas de las obras de Nicolás de Ockham permanecen inéditas. Entre las ya editadas señalamos: Quaestiones disputatae de dilectione Dei, ed. César Saco, Col. Spicilegium Bonaventurianum vol. XXI, Grottaferrata 1981, pp. 330; Quaestiones disputatae de traductione humane naturae a primo parente, ed. César Saco, Col. Spicilegium Bonaventurianum, vol. XXVII, Grottaferrata 1993, pp. 460. [Cf. C. Saco, Nicolás de Ockham OFM ( c. 1320). Vida y obras, en Antonianum 53 (1978) 493-573].


OLIVI, Pedro Juan (1248-1292). Franciscano, filósofo y teólogo, escritor, en su empeño de fidelidad a san Francisco se vio envuelto en polémicas.


OLMOS, Andrés de (1488-1571). Franciscano, misionero, etnógrafo y escritor. Nació en Oña (Burgos) en 1488. Religioso en Valladolid desde sus veinte años de edad, colaboró con Juan de Zumárraga, el futuro primer obispo de México, en la represión de brujas en el País Vasco. Y con él viajó a Nueva España en 1528, evangelizando sucesivamente, entre especiales dificultades y con singulares frutos, en Veitlalpa, Sierra de Tuzapan, Huasteca, Pánuco, Tampico, y entre los difíciles chichimecas. Por su santidad personal figura como «uno de los muy perfectos religiosos que ha tenido esta Nueva España», sobresaliendo también por su abundante producción literaria en diversas lenguas indígenas. Murió en Tampico (México) el 8 de octubre de 1571.

El P. Andrés de Olmos escribió en diferentes lenguas: Arte para aprender la lengua mexicana; Vocabulario; El Juicio Final; Exhortación de un padre a su hijo; Pláticas que los Señores mexicanos hacían a sus hijos y vasallos; Tratado de los pecados mortales y sus hijos (el título exacto es: Libro de los siete sermones); Tratado de los sacramentos; Tratado de las hechicerías y sortilegios; Tratado de las antigüedades mexicanas; Suma de las antigüedades mexicanas; Arte de la lengua huasteca; Doctrina cristiana; Confesionario; Arte de la lengua totonaca y Vocabulario de la misma. [P. Borges, en DHEE].


OLOT, Esteban de (1774-1828). Capuchino, co-fundador. Nació en Olot (Gerona) el 20 de septiembre de 1774 y murió allí mismo el 14 de julio de 1828. Su nombre de pila era Esteban Fabriga, nombre que cambió por el de Esteban de Olot cuando vistió el hábito capuchino en 1789. Ordenado de sacerdote, fue primero profesor; luego se dedicó al ministerio activo. Por su actitud resuelta en favor de los derechos de la Iglesia fue encarcelado durante el período revolucionario español de 1820-1823. El pueblo lo veneraba como a santo. Fue eficaz consejero y director espiritual de santa Joaquina Vedruna de Mas, en unión con la cual fundó las Hermanas Menores de Penitencia de San Francisco, que desde 1826 se llamaron Hermanas Carmelitas de la Caridad; él fue quien compuso las Constituciones de esta Congregación y quien le trazó las líneas fundamentales de su espíritu: caridad, oración, penitencia, humildad. [L. Iriarte, en DHEE].


OLP, Jacinto de (1647-1695). Capuchino, profesor y autor bonaventuriano. Nació en Olp (Lérida) en 1647. Vistió el hábito capuchino en la Provincia de Cataluña el año 1666. Ordenado de sacerdote y hechos los estudios correspondientes, los superiores lo nombraron profesor de filosofía y teología para sus estudiantes. En 1682, el Capítulo provincial celebrado en Barcelona propuso que fuera obligatoria en la Orden la enseñanza de la doctrina de san Buenaventura en los cursos de filosofía y teología. El Ministro general elogió la idea y, desde entonces, los profesores procuraron llevarla a la práctica. Para facilitarles la tarea, el año 1689 los superiores encomendaron al P. Jacinto de Olp la composición de un manual de filosofía y otro de teología bonaventuriana. El P. Jacinto, partiendo de sus apuntes de clase, preparó la obra filosófica en tres volúmenes: Cursus philosophicus ad mentem Seraphici Doctoris Divi Bonaventurae, Barcelona 1691 y 1698 (el vol. III es póstumo). Mientras preparaba un curso teológico de las mismas características, le sorprendió la muerte en Barcelona el 19 de mayo de 1695.


OLTRA HERNÁNDEZ, Miguel (1911-1982). El P. Miguel Oltra, franciscano, nació el 16-XI-1911 en Benifairó de Valldigna (Valencia). Estudió humanidades en el seminario franciscano de Benisa, hizo el noviciado en Santo Espíritu del Monte y el 12-IX-1928 emitió su profesión religiosa. En 1933, por la situación política de España, se trasladó con otros jóvenes franciscanos a Alemania; terminó allí los estudios eclesiásticos, se ordenó sacerdote el 17-III-1935 y más tarde se doctoró en teología en la Universidad católica de Munich. Poco después de regresar a España se inició la guerra civil, en la que prestó sus servicios como capellán. Terminada la contienda, volvió a Alemania para completar estudios. De regreso a España se dedicó a la enseñanza y a la predicación. En noviembre de 1947 se trasladó a Madrid, a San Francisco el Grande, y fue colaborador de la revista "Verdad y Vida", formando parte del grupo de sus fundadores, al mismo tiempo que escribía de teología en diversas publicaciones y asistía a congresos. Terminada la Segunda Guerra Mundial, inició campañas de recogida de ropa, mantas, medicinas y víveres para aliviar las necesidades de ciudadanos alemanes. Llevado del mismo espíritu, se volcó en la ayuda espiritual y material en favor de los habitantes del poblado de Orcasitas, en Madrid, faltos de lo más necesario. También hizo gestiones para obtener la repatriación de los prisioneros de la División Azul que se encontraban en Rusia.

El año 1961 fue elegido vicario provincial de la de Valencia y rector del colegio de Carcagente. En mayo de 1965 volvió a Madrid, al colegio "Cardenal Cisneros". Fiel a sus convicciones, emprendió una firme campaña en defensa de la fe y de la patria. Fundó la Hermandad Universitaria que acogía en su seno a catedráticas, padres de familia y universitarios. En el año 1966 fundó la Hermandad Sacerdotal Española, de la que fue nombrado presidente y que pronto reunió a miles de sacerdotes. A finales de 1976 obtuvo permiso para residir en el Colegio Mayor Universitario "Antonio Rivera-Mara" en calidad de capellán. Se entregó al bien espiritual de los universitarios con charlas, conferencias y atenciones ministeriales. Allí murió el 31-X-1982. Tuvo siempre un espíritu joven, soñador y batallador en defensa de los intereses de Dios y de la Patria. Fue un religioso sencillo, amable y firme en su fe y en sus convicciones. Siempre estuvo al servicio de todos, con un corazón generoso, abierto a todas las necesidades. Sus escritos se publicaron sobre todo en la revista "Verdad y Vida".


OLLERIA, José de (1652-1716). Capuchino, teólogo y escriturista. Nació en Ollería (Valencia) en junio de 1652 y murió en Valencia el 8 de septiembre de 1716. Vistió el hábito capuchino en 1668. Fue lector de Filosofía y Teología y gozó de gran prestigio por su clara inteligencia y sus extensos conocimientos, no menos que por su singular virtud. El P. José de Ollería publicó una obra de temática bíblica: Hagiographa prolegomena seu Prooemialia in universam Sacram Scripturam, Valencia 1700. [L. Iriarte, en DHEE].


ORANTES, Francisco (1516-1584). Franciscano, teólogo, obispo. Nació el año 1516 en Cuéllar (Segovia, España), de padres nobles, Juan Orantes y María Vélez. El 13 de agosto de 1535 entró en la Orden franciscana en el convento de Valladolid, perteneciente a la Provincia observante de la Inmaculada Concepción. Estudió en las Universidades de Alcalá y de Salamanca, y en ésta tuvo por maestro a Fr. Alfonso de Castro. Concluidos los estudios, se retiró a Valladolid, donde enseñó teología. Siendo morador y profesor en este convento, fue enviado al Concilio de Trento por el obispo de Palencia, Cristóbal Fernández Valdotano, como procurador suyo. Estando en Trento comenzó a escribir su obra Locorum Catholicorum. Al regresar del Concilio, se le nombró guardián del convento de Valladolid y en 1575 fue elegido Ministro provincial. Pero poco después fue elegido por Felipe II confesor de D. Juan de Austria, por lo que resignó el cargo de Provincial en la persona de Fr. Francisco Morales y se trasladó a Madrid. Al año siguiente, 1576, seguramente acompañando a D. Juan de Austria, se dirigió a Alemania inferior, donde permaneció hasta la muerte de don Juan. Envió entonces a Felipe II una relación de los últimos días y de la muerte de D. Juan, que ha llegado hasta nosotros en edición de Toda y Guell. Estando en Alemania escribió la Epistola de Ecclesia contra las tesis de Bayo, que se imprimió en Colonia el año 1580. Al regresar de Flandes a España, Felipe II lo presentó para el obispado de Oviedo; el 6 de marzo de 1580 fue nombrado obispo y el 15 de mayo del mismo año fue consagrado en Madrid. Murió el 12 de octubre de 1584 y fue sepultado en la catedral. Entre los escritos de Francisco Orantes ocupa el primer lugar su Locorum Catholicorum... Libri septem, Venecia 1563, en el que refuta las teorías de Calvino, y del que se hicieron otras tres ediciones: dos en París (1565 y 1566) y una en Roma (1795).


ORÉ, Luis Jerónimo de (1554-1630). Tres son los aspectos relevantes de este ilustre franciscano, nacido en Ayacucho en 1554: celoso misionero itinerante, lingüísta y escritor de preciosos manuales, y obispo de Concepción en Chile. Sus padres, acaudalados conquistadores, tuvieron numerosos hijos, entre ellos cinco religiosas y cinco sacerdotes. Luis Jerónimo estudia con los franciscanos de Ayacucho y Lima, donde es ordenado sacerdote por el arzobispo santo Toribio el 31 de diciembre de 1582. Empieza como profesor de artes y de teología, pero, siendo un experto conocedor de los idiomas quechua y aymara, es destinado a la evangelización de los indígenas; recorre diferentes regiones de la áspera geografía de Perú y de Bolivia: Cailloma, valle de Jauja, selva de Andamarca, Potosí, Cuzco. En 1604 viaja a España y a Roma por encargo del obispo de Cuzco, y diez años más tarde es nombrado visitador de los conventos franciscanos de Cuba y de Florida, donde permanece cuatro años.

En 1620 Luis Jerónimo de Oré se encuentra en Madrid, donde recibe el nombramiento como obispo de Concepción en Chile, adonde llega en 1623. Emprende en seguida la visita de su extensa diócesis, y llega a recorrerla varias voces durante sus siete años de gobierno. Dedica un año a visitar las innumerables islas del archipiélago de Chilé, donde trabajaban unos pocos jesuitas. «Ante la carencia de sacerdotes -escribe el historiador franciscano Julián Heras- y llevado de su celo apostólico, se vio casi obligado a ordenar de sacerdotes a ciertos catequistas no del todo preparados, lo que le valió una amonestación del rey, que al fin no recibió, por haberle alcanzado antes la muerte». Agotado por sus viajes, murió en Concepción en enero de 1630. Fue, además, un fecundo escritor de libros útiles para los curas doctrineros, unos verdaderos manuales de catequesis, algunos de ellos en los idiomas quechua y aymara. Su Symbolo Catholico Indiano fue impreso en Lima en 1598. Igualmente famoso es su Rituale seu manuale Peruanum, publicado en Nápoles en 1607. Contiene el catecismo, el rito de los sacramentos, la vida de Cristo, himnos cristianos; y todo ello en idiomas quechua, aymara, puquina, mochica, brasílica, guaraní, latín y castellano. Este libro es considerado uno de los más curiosos sobre América y una verdadera joya bibliográfica.- [R. Ballán].


ORERO BAYO, Francisco (1846-1933). Franciscano, profesor de teología. El P. Francisco Orero Bayo nació en Alfara de Algimia, provincia de Valencia en España, el 10 de mayo de 1846. Inició los estudios eclesiásticos en el seminario de Segorbe y los continuó en el de Valencia. Recibió la ordenación sacerdotal en 1870 y ejerció el ministerio en las parroquias de Berniferri, Alfara y Albal. En 1889 decidió ingresar en la Orden franciscana y el 7 de septiembre del mismo año vistió el hábito de san Francisco en el convento de Santo Espíritu del Monte (Gilet, Valencia); terminado el noviciado, hizo la profesión temporal el 8 de septiembre de 1890, y tres años después la profesión solemne. Se doctoró en teología, en Valencia, el año 1894. Era buen conocedor de la lengua latina. Fue examinador prosinodal y del consejo de vigilancia contra el modernismo, y pertenecía al colegio de doctores de la Universidad Pontificia de Valencia. Durante 20 años consecutivos estuvo consagrado por completo a la enseñanza de la teología dogmática en las casas de estudios de su provincia; después, durante 12 años, fue catedrático de teología en el seminario de Segorbe, y, durante 17, catedrático de teología moral en la Universidad Pontificia de Valencia, cargo que dejó en 1928, ya octogenario. Además, entre los suyos, fue definidor provincial y maestro de novicios, y colaborador de la revista La Acción Antoniana. También publicó: traducción del latín al castellano del folleto De Candidatis liberalibus (Valencia, 1907); Discurso leído en la apertura del curso 1903-04 en el Seminario Conciliar de Segorbe (Segorbe, 1903); Discurso leído en la apertura del curso 1918-19 en la Universidad Pontificia de Valencia (Valencia, 1918); Programa de Teología Moral (Valencia, 1920). Murió en Albal (Valencia), adonde había sido enviado por la inseguridad de los tiempos, el 28 de diciembre de 1933.


ORIHUELA, Francisco de (1849-1914). Capuchino, obispo misionero, siervo de Dios. Nació en Orihuela (Alicante) en 1849, de padres humildes y piadosos. Cursó estudios en el seminario de Orihuela, llamando la atención por su vida de oración; recibió la ordenación sacerdotal en 1875. Al año siguiente, no pudiendo abrazar la vida consagrada en España, por estar suprimidas las Órdenes religiosas, marchó a Francia y tomó el hábito trapense en Dax; al cabo de tres años y medio de prueba tuvo que abandonar aquella vida. Entonces pensó en los capuchinos restablecidos ya en España y fue admitido en el noviciado de Pamplona en 1880. Pasó algunos años en conventos valencianos, dando ejemplo de vida penitente y austera, y practicando rigurosamente la pobreza franciscana.

En 1891 embarcó con una expedición de misioneros destinados a la Guajira (Colombia). Residió primero en Riohacha, dedicado a catequizar a los indios; estuvo un año al frente del seminario diocesano de Santa Marta y después trabajó como superior en varias residencias misionales. Regresó a España en 1898 para desempeñar los cargos de definidor provincial y maestro de novicios de su recién restaurada provincia de Valencia. En abril de 1900 volvió a la misión, nombrado superior regular de la misma. La encontró deshecha por la violenta revolución liberal. Restablecida la paz, tuvo que hacer frente a las dificultades que presentaba la evangelización por la situación en que habían quedado los misioneros, por la condición geográfica y climatológica del país y por el bajo estado moral y social de los indios guajiros bautizados. Dio pruebas de celo misionero, de constancia y de tacto en el gobierno.

En diciembre de 1902, el P. Francisco de Orihuela fue nombrado vicario capitular del obispado de Santa Marta (Colombia), que había quedado vacante, y en octubre de 1904 era consagrado obispo de esa misma diócesis. En los ocho años que la rigió, continuó el mismo tenor de vida penitente y pobre, dedicó totalmente sus ingresos a las obras de la catedral, a la construcción de otras iglesias y a la fundación de un hospital para los trabajadores de la zona bananera y un colegio de niños pobres; reorganizó el seminario y promovió por todos los medios la cura pastoral, dando ejemplo de laboriosidad incansable. Recorrió más de tres veces toda su dilatadísima diócesis. Todos lo veneraban como santo.

En 1911 vino a España muy enfermo. Dado que su estado de salud le imposibilitaba cumplir sus deberes pastorales, presentó la renuncia del obispado, que le fue aceptada en 1912. Dedicó el resto de sus días a edificar a los religiosos con su estricta observancia de la vida capuchina hasta su muerte, ocurrida en el convento de Masamagrell (Valencia) el 22 de agosto de 1914. Pablo VI, en 1968, decretó la apertura del Proceso Apostólico para su beatificación. [L. Iriarte, en DHEE].


OROMÍ, Buenaventura (1906-1936). Franciscano, sacerdote, historiador y mártir. El P. Buenaventura Oromí Anglés nació en Sudanell (Lérida, España) el 16 de marzo de 1906. A los diez años entró en el Colegio Seráfico de Balaguer. Tomó el hábito franciscano en el Convento del Remedio, de Vich, el 5 de mayo de 1921, hizo la profesión simple al año siguiente y la solemne en 1927. Terminados brillantemente los estudios eclesiásticos, fue ordenado de sacerdote el 14 de abril de 1929. A partir de entonces estuvo unos años en su Provincia de Cataluña, dedicado al apostolado y a la enseñanza. En 1932 fue enviado al Pontificio Ateneo Antoniano de Roma, donde realizó los estudios superiores en Historia eclesiástica, y obtuvo la licenciatura en la Facultad de Teología el año 1934. El 5 de julio de 1935 consiguió el doctorado en la misma Facultad, previa la aprobación de su tesis De interventu Fratrum Minorum Hispaniae in Concilio Tridentino, fruto de una investigación paciente y concienzuda, que se publicó en castellano, Los Franciscanos españoles en el Concilio de Trento, en la revista Verdad y Vida los años 1945-46.

El verano de 1935, el P. Buenaventura Oromí y el P. Francisco Ramón, también doctor en teología, regresaron a su Patria, y los dos fueron destinados al convento de San Francisco de Berga (Barcelona), donde su Provincia tenía a los estudiantes de teología. La casa y sus moradores sufrieron inseguridad y molestias que se multiplicaron tal como avanzaba la revolución desatada en España. El 24 de julio de 1936 fueron expulsados de su convento los religiosos que aún permanecían en el mismo, entre ellos el P. Oromí. A partir de entonces, los frailes sufrieron un cruel calvario, tratando de escapar de sus perseguidores, que los acosaban por todas partes. El P. Oromí y el P. Tersa, tras mucho vagar por los caminos de Cataluña, fueron apresados en Barcelona, adonde habían ido con la esperanza de embarcar para Italia, el 7 de octubre de 1936, y en la noche del 7 al 8 fueron asesinado en el cementerio de Moncada. Antes, en la casa que los hospedaba, rezaban en familia a diario el rosario y el vía crucis, y el mismo día en que los prendieron habían confesado y comulgado. Días antes de su detención, el P. Oromí había estado con su hermana Sor Francisca, Hermanita de los Pobres: «Le pregunté si estaba asustado -recuerda la religiosa-; me respondió que no, que quizás había llegado la hora de ser devorado por las fieras marxistas; pero que no me turbara, porque no pasaría sino lo que Dios quisiera». Acabada la guerra, no fue posible identificar el cadáver del P. Oromí.


OSUNA, Francisco de (1492?-1540?). Franciscano, escritor místico.


OVIEDO, Antonio de (1600-1651). Capuchino, misionero y mártir. Nació en Oviedo (España) hacia el año 1600. Vistió el hábito de san Francisco en Salamanca el 12 de junio de 1619. Ordenado de sacerdote en 1626, se dedicó al apostolado de la predicación, distinguiéndose por su fervor y virtudes religiosas. Al organizarse en 1647 la primera misión capuchina a tierras americanas, la del Darién, fue nombrado prefecto de la misma, llegando a Panamá en septiembre de aquel mismo año. Después de fundar allí tres poblaciones de indios, éstos se sublevaron y, como consecuencia, persiguieron a los misioneros. El P. Antonio de Oviedo, en un supremo esfuerzo para su apaciguamiento, se dirigió él solo a los indios gorgonas que, al verlo, lo mataron a saetazos e hicieron de su cabeza taza para beber. Por tal motivo ha sido tenido siempre como mártir con el título de venerable. El martirio tuvo lugar en Darién (Panamá) en septiembre de 1651. [B. de Carrocera, en DHEE].

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