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DÍA 17 DE AGOSTO
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* * * Santa Clara de la Cruz. Nació el año 1268 en Montefalco (Umbría, Italia), donde trascurrió toda su vida. Siendo adolescente ingresó en el beaterio del que su hermana Juana era la superiora. En 1290 el beaterio se trasformó en un verdadero monasterio de la Orden de Ermitañas de San Agustín, en el que ella profesó. Cuando en 1291 murió su hermana, las religiosas la eligieron priora. Gobernó su comunidad santamente a la vez que se interesaba por la vida de la Iglesia, por lo que mantenía una estrecha relación con las autoridades de la misma. Fue una gran mística que centró su vida y sus experiencias en torno al misterio de la Pasión de Cristo. Murió en 1308. San Elías el Joven. Nació en Enna (Sicilia) a principios del siglo IX. Abrazó en su ciudad la vida monástica que seguía las enseñanzas y reglas de los antiguos Padres orientales. Cuando los sarracenos invadieron su tierra, lo apresaron y lo vendieron como esclavo en África. Recobró la libertad y marchó a Palestina, de donde volvió a Sicilia y fundó un monasterio en Calabria. Pasó la última etapa de su vida en Grecia envuelto en la fama de santidad y milagros. Llevó con gran fortaleza de ánimo una vida rigurosa de oración y austeridad. Murió en Tesalónica el año 903. San Eusebio, papa del 18 de abril al 17 de agosto del año 309. Tuvo que afrontar, frente a los rigoristas, el problema de la readmisión en la Iglesia de los cristianos que habían apostatado durante la persecución de Diocleciano. El emperador Majencio lo desterró a Sicilia, donde murió. Su cuerpo fue trasladado a Roma y enterrado en la catacumba de Calixto. San Jerón. Sacerdote de Frisia (en la actual Holanda) que fue martirizado el año 856 por los paganos normandos. Santa Juana Delanoue. Nació en Saumur, valle del Loira (Francia), el año 1666. Tras la muerte de sus padres tuvo que hacerse cargo del pequeño comercio que tenían, y pronto la avaricia hizo presa en ella. Pero en 1693, al contacto con una pobre, tuvo una «conversión» y cambió enteramente de mentalidad. A partir de entonces entregó su vida al servicio de los más pobres y abandonados, niños, mayores, ancianos, sanos y enfermos. En 1704 fundó la Congregación de Hermanas de Santa Ana de la Providencia, después Siervas de los Pobres. Murió en su pueblo natal el 17 de agosto de 1736. San Mamés (Mamante o Mamas). En Cesarea de Capadocia, en la actual Turquía, conmemoración de san Mamés, humilde pastor que llevó en solitario, en bosques y montes, una vida cristiana de gran austeridad y que, en torno al año 276, bajo el emperador Aureliano, sufrió el martirio por confesar su fe en Cristo. San Basilio y san Gregorio Nacianceno le dedicaron homilías. San Mirón. Sacerdote y mártir que, después de sufrir muchos tormentos, fue decapitado en Cízico, en el Helesponto (actual Turquía), durante el imperio de Decio, en torno al año 250. Santos Santiago Kyuhei Gorobioye Tomonaga y Miguel Kurobioye. El 17 de agosto de 1633 fueron martirizados en Nagasaki (Japón), con el tormento de la horca y el hoyo, estos dos santos, ambos japoneses de nacimiento, el primero sacerdote dominico y el segundo seglar. Santiago nació en 1582 y se educó en los jesuitas de Nagasaki, con los que colaboró como catequista. Cuando en 1614 arreció la persecución contra los cristianos, marchó a Filipinas, donde ingresó en la Orden de Predicadores y se ordenó de sacerdote en 1626. Después de hacer apostolado en Filipinas y Formosa, volvió a Japón en 1632. Miguel se hizo compañero y catequista del P. Santiago. Lo arrestaron y, en medio de los suplicios, declaró el escondite del misionero, al que de inmediato arrestaron. Luego se arrepintió y confesó su fe cristiana con firmeza. Beato Alberto de Chiatina. Nació el año 1135 en Chiatina, castillo medieval de la diócesis de Arezzo. Ordenado de sacerdote, ejerció su ministerio en Colle di Val d'Elsa, cerca de Siena (Italia). Lo llamaron «el Santo Job de Toscana» por la paciencia con que soportó largas y penosas enfermedades. Después de dar un espléndido ejemplo de virtud al pueblo, murió en Colle di Val d'Elsa el año 1202. Beato Antonio Carmaníu. Nació en Rialp (Lérida) en 1860. Estudió hasta los 19 años en el seminario diocesano de Seo de Urgel. Después pasó a los Paúles, en los que profesó en 1881. Fue ordenado sacerdote en 1885. Su primer destino fue Palma de Mallorca, donde se dedicó de lleno a las misiones populares; en 1909 pasó a la nueva fundación de Rialp. Declarada la persecución religiosa, se dirigió a la frontera de Francia. En el camino sufrió muchas penalidades y varias detenciones, hasta que el 17 de agosto de 1936 los milicianos lo fusilaron en Llavorsí (Lérida) mientras él gritaba: "Os perdono. Viva Cristo Rey". Beatificado el 13-X-2013. Beato Enrique Canadell Quintana. Nació en Olot (Gerona) el año 1890. Después de una niñez religiosa en su pueblo, entró en los Escolapios el año 1905, y se ordenó de sacerdote en Lérida el año 1913. Ejerció el ministerio sagrado en sus colegios de Mataró, Balaguer y Barcelona, destacando como educador, predicador del Evangelio y propagador de la devoción eucarística. Cuando en julio de 1936 tuvo que dejar el colegio, se refugió en casa de una familia amiga, mas luego, para no ponerla en peligro, marchó a su pueblo, donde lo detuvieron los milicianos el 17 de agosto de 1936. Él reconoció que era sacerdote escolapio, y aquel mismo día lo fusilaron cerca de Castellfullit de la Roca (Gerona). Beatos Magín Civit Roca, José Mañé y Miguel Rué. Cuando empezó la guerra civil de España, estos tres sacerdotes seculares de la diócesis de Tarragona ejercían su ministerio en El Morell como párroco sustituto, beneficiado y coadjutor respectivamente. Viendo que la persecución se agravaba, se refugiaron en el campo. El 17 de agosto de 1936, los milicianos se los llevaron y los asesinaron en la "Riera de Maspujols", término de Reus. Magín Civit nació en Conesa (Tarragona) en 1871. Era admirado y reverenciado en El Morell, que fue su último destino, por su caridad, piedad y celo; jamás se metió en política, su única preocupación era el bien espiritual de sus feligreses. José Mañé nació en El Morell el año 1876. Ejerció siempre el ministerio sacerdotal en su pueblo natal. Excelente sacerdote, madrugador y trabajador, devoto, nunca se le oyó hablar mal de nadie ni toleró críticas en su presencia; era notoria su bondad. Miguel Rué nació en Cerviá (Lérida) en 1909. Desplegó una gran actividad en los círculos de estudios, instruyendo a grupos de jóvenes, formó y dirigió un coro para las funciones litúrgicas. Era un gran psicólogo y maestro de almas; para todos tenía una palabra de aliento y consuelo.- Beatificados el 13-X-2013. Beata María Isabel Turgeon. Nació en Beaumont (Québec, Canadá) el año 1840. Tenía una salud frágil, pero una inteligencia viva y un corazón sabio, tierno y generoso. Estudió magisterio y se dedicó a la enseñanza. En 1875, el obispo de Rimouski la invitó a unirse al grupo de señoritas que él mismo iba seleccionando con el fin de formar profesoras calificadas para las escuelas de sus parroquias. Fundó ella el instituto de las Hermanas de Nuestra Señora del Santo Rosario de San Germán, en el que profesó con 12 compañeras en 1879. Como superiora, envió hermanas a tres escuelas parroquiales muy pobres y abrió una escuela independiente en Rimouski a fin de preparar a las novicias para la enseñanza. Fue una religiosa dedicada a la oración, a la enseñanza en los pequeños centros de su diócesis y a las obras de caridad. Murió en Rimouski el 17 de agosto de 1881. Beatificada el 26-IV-2015. Beato Natalio (o Noel) Hilario Le Conte. Nació en Chartres (Francia) el año 1765, hijo de un jardinero. Desde joven trabajó para el cabildo catedralicio de Chartres, del que percibía su salario, y en el que recibió la tonsura por sus cualidades musicales. Cuando llegó la Revolución Francesa no era más que un clérigo tonsurado, pero lo detuvieron y por no prestar el juramento constitucional lo destinaron a la deportación. Lo internaron en las naves-prisión ancladas frente a Rochefort, y allí murió el 17 de agosto de 1794. Beato Nicolás Politi. Nació en Adrano (Catania, Sicilia). De joven se escapó de casa para llevar vida de ermitaño en las faldas del Etna. Después se estableció cerca de Milazzo, donde permaneció treinta años viviendo en oración y penitencia. Murió el año 1107. Beatos Silvestre Pérez y 7 compañeros mártires. Eran religiosos de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios que atendían, en 1936, el hospital psiquiátrico San José, de Málaga. Llegó la persecución y el 20 de julio de 1936 empezaron los registros a la casa y otras molestias a los religiosos. Los hermanos, sin embargo, seguían cumpliendo sus deberes religiosos y asistenciales; el 14 de agosto tuvieron que suspender los actos de culto público. La situación se hacía cada vez más tensa y crítica, y el superior autorizó a los religiosos a salir del sanatorio, pero todos prefirieron, confiados en la Providencia, continuar su misión hospitalaria y compartir la suerte de la comunidad. El 17 de agosto de 1936, miembros de la FAI, junto con varios empleados del comité del centro, apresaron a 8 religiosos y los fusilaron junto al cementerio de San Rafael de Málaga. Indicamos sus nombres, con el lugar y año de nacimiento. Silvestre Pérez, Villar del Campo (Soria) 1873. Segundo Pastor, Mezquetillas (Soria) 1885. Baltasar del Charco Horques, Granada 1887. Gumersindo Sanz, Almadrones (Guadalajara) 1878. Honorio Ballesteros, Ocaña (Toledo) 1895. Raimundo García, Lucena (Córdoba) 1896. Estanislao de Jesús Peña, Talavera de la Reina (Toledo) 1907. Salustiano Alonso, Torno (Cáceres) 1876.- Beatificados el 13-X-2013. * * * Cf. más abajo los textos de la Misa y Oficio de Santa Beatriz de Silva. * * * PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN Pensamiento bíblico: En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una Virgen, desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la Virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita tú entre las mujeres». Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús» (Lc 1,26-31). Pensamiento franciscano: San Buenaventura dice de san Francisco: -Amaba con indecible afecto a la Madre del Señor Jesús, por ser ella la que ha convertido en hermano nuestro al Señor de la majestad y por haber alcanzado nosotros misericordia mediante ella. Después de Cristo, depositaba principalmente en la misma su confianza; por eso la constituyó abogada suya y de todos sus hermanos (LM 9,3). Orar con la Iglesia: Pidamos a Cristo que nos ayude a servirle en santidad y justicia todos los días de nuestra vida. -Cristo Jesús, que quisiste hacerte preceder de María Inmaculada: ilumínanos con el esplendor de tu vida y doctrina. -Cristo Jesús, que escogiste a tus discípulos para que fueran sal de la tierra y luz del mundo: asístenos con tu gracia para que la sal no se corrompa y la luz no se apaga en nuestra vida. -Cristo Jesús, esposo único de las vírgenes consagradas: concédenos que resplandezca siempre en nuestra vida la luz de tu rostro. -Cristo Jesús, que nos exhortas a velar sin descanso con las lámparas encendidas: haz de nuestra vida una jornada luminosa de amor, oración y laboriosidad vigilante. -Cristo Jesús, por intercesión de tu esposa santa Beatriz: haz que busquemos en todas nuestras ocupaciones el Espíritu del Señor y su santa operación. Oración: Oh Dios, que has distinguido a santa Beatriz de Silva por su altísima contemplación y su amor a la Concepción Inmaculada de María, concédenos por su intercesión buscar las cosas de arriba y vivirlas ya en la tierra. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. * * * SANTA BEATRIZ DE SILVA
(1424-1491) Nos resulta imposible tejer el breve elogio de la nueva Santa, acostumbrado en el momento de una canonización, que parece proyectar los rasgos de una faz gloriosa ante nuestra mirada jubilosa, porque, de la misma manera que el rostro extraordinariamente bello y puro de Beatriz de Silva permaneció oculto durante largos años de su vida terrena hasta su bienaventurada muerte, así también demasiados aspectos de su biografía sólo han llegado hasta nosotros de forma refleja, en la documentación histórica, como «per speculum in aenigmate», a través de la cual se trasparenta como figura inocente, humilde y luminosa, a pesar de no conceder a nuestra humana, pero legítima curiosidad, ningún signo de expresión personal. Beatriz de Silva nació en Ceuta, ciudad del norte de África asomada al Mediterráneo, y que en aquella época se encontraba bajo el dominio de la corona de Portugal. El feliz acontecimiento tuvo lugar con mucha probabilidad en 1426, aunque algunos biógrafos hablen de 1424. Nació portuguesa, por tanto. Su padre, don Ruy Gomes de Silva, aún joven, combatió en la conquista de la referida ciudad de Ceuta, en 1415; y se portó con tanto denuedo y valor, que el capitán de la plaza, de nombre don Pedro de Meneses, le premió concediéndole en matrimonio a su propia hija Isabel. Ésta, por diversos enlaces, estaba emparentada con las casas reales de España y Portugal. Nacieron de este matrimonio once hijos, criados y educados con amor y con la esclarecida prudencia de un alma profundamente cristiana como la de los progenitores, sobre todo la madre. Además de Beatriz, descolló entre ellos el beato Amadeo de Silva, que abrazó en Italia la Orden de San Francisco y dio origen a una rama de la Orden de Frailes Menores, reformados, conocidos con el nombre de Amadeos. Hacia 1433, el padre de Beatriz de Silva Meneses fue nombrado alcaide principal de la villa de Campo Mayor, en Portugal, a donde se trasladó con toda su familia. En Portugal, por tanto, pasó la nueva Santa los tiempos de su infancia y juventud, cultivando las excelsas cualidades de su alma privilegiada y preparándose para las pruebas futuras. La experiencia de sufrimientos físicos y morales, como prueba de amor, es frecuente en el camino que deben recorrer aquellos a quienes el Señor quiere dar la corona de la vida, prometida a quienes lo aman (cf. Sant 1,12). En el año 1447, al casarse Isabel, hija de Juan príncipe de Portugal, con Juan II rey de Castilla, llevó consigo a tierras de Castilla a Beatriz, la cual había cumplido los veinte años. Sin embargo, pasado cierto tiempo, debido a que su belleza provocaba la admiración de los nobles o, quizás, porque la misma reina temía ver en ella una peligrosa rival, Beatriz abandonó la corte real que estaba en Tordesillas (Valladolid) e ingresó en el monasterio cisterciense de Santo Domingo de Silos, en Toledo, en el que durante treinta años se dedicó únicamente a Dios. Después de estos casi treinta años de dedicación a Dios, decidió fundar un nuevo monasterio u Orden de la Inmaculada Concepción, en honor del Misterio de la Inmaculada Concepción y para la propagación de su culto. Así, pues, el año 1484 abandonó el monasterio de Santo Domingo y pasó, con algunas compañeras, a una casa llamada Palacio de Galiana, que le había donado la reina Isabel la Católica. El día 30 de abril de 1489, a petición de Beatriz y de la misma reina Isabel, el papa Inocencio VIII autorizó la fundación del nuevo monasterio y aprobó las principales reglas que, entre tanto, habrían de observarse en el mismo. Sin embargo, antes de que, conforme al permiso pontificio, se iniciara la vida regular en el nuevo monasterio, Beatriz subió a los cielos. No obstante, su Instituto no desapareció y, a pesar de algunas dificultades, se convirtió en una verdadera Orden religiosa y obtuvo su propia regla el año 1511. * * * CON ELLA ME VINIERON TODOS
LOS BIENES JUNTOS Dios favorece a algunas almas, inspirándoles una devoción singular, entusiasta y acendrada a la Santísima Virgen. Estas almas, impulsadas por la gracia, se consagran enteramente a la Señora y se identifican con ella mediante la práctica de la vida mariana, que consiste en inspirarse para todo en la Virgen y hacerlo todo en unión con ella. Las que practican esta vida mariana tienen en la Virgen una ayuda poderosísima y un lenitivo para sus penas en todas sus tribulaciones. Es admirable la conducta que observa la Señora con las almas que le pertenecen (por su devoción y consagración perfecta) y el celo que despliega en favor de las mismas. ¡Con cuánto amor y ternura las visita, las asiste en la tribulación, las protege y defiende de sus enemigos, las socorre en sus necesidades, las enamora de Dios, las adorna y prepara a su divina unión y obtiene esta gracia para ellas! Estas almas pueden repetir con verdad las palabras del libro de la Sabiduría: Con ella me vinieron todos los bienes juntos, en sus manos había riquezas incontables; porque quien tiene de su parte a la Virgen (y la tienen todos los que de veras la aman) posee un tesoro infinito, pues posee al mismo Dios. Y no hay quien prodigue los consuelos inefables que prodiga la Señora a sus devotos en el tiempo de la tribulación. Por eso las almas interiores, llamadas a vivir en intimidad con Dios como preparación a las pruebas que les esperan en las noches y cavernas, en los desiertos y en los túneles que comprende su sendero, deben procurar identificarse con la Virgen y merecer su amparo y protección; que, si así lo hacen, padecerán menos y siempre aprovecharán más, pero singularmente en los períodos de sufrimiento, que es cuando más necesitan de su patrocinio. Padecerán menos, porque las almas que practican la vida mariana, cuando se ven abandonadas de Dios, acusadas de su propia conciencia, atormentadas por el demonio y desesperadas de su salvación, además de la protección que experimentan en su recurso frecuente a la Virgen, el afecto de complacencia que sienten por ella las hace participantes de su felicidad, y gozan del torrente de sus delicias. Aprovechan más, porque, iluminada su alma por el resplandor de esta Estrella matutina, que jamás se oculta a sus fieles servidores, tienen conciencia de la purgación dolorosa que en ellas opera la gracia, y, confortadas por el patrocinio de la Señora, la sufren, enseñadas por ella, con perfecta resignación, sin defenderse ni sustraerse, antes bien, procuran cooperar con ella en la forma que les es posible. * * * LA DEVOCIÓN MARIANA
DE SAN FRANCISCO Siendo María la madre de Jesús, Francisco la honraba especialmente como «madre de toda bondad» (1 Cel 21). Fue lo que le indujo a establecerse junto a la ermita de la Madre de Dios en la Porciúncula. Todo lo esperaba de su bondad. «Después de Cristo, depositaba principalmente en ella su confianza» (LM 9,3). Según esta profunda frase de san Buenaventura, Francisco concibió y dio a luz el espíritu de la verdad evangélica en esta iglesita, por los méritos de la madre de la misericordia. El santo doctor subraya esta explicación aludiendo a que esto ocurrió al amparo de aquella que «engendró al Verbo lleno de gracia y de verdad» (LM 3,1). Con esta alusión se ha tocado con seguridad lo más profundo acerca del amor y veneración marianos en Francisco. Esta devoción no termina en ardientes oraciones ni en cánticos de alabanza; se realiza más bien y llega a su culminación en el esfuerzo de Francisco por asimilar en todo la actitud de María ante el Verbo de Dios. Como primera cosa, el «concepit», «concibió»: como María, el hombre debe acoger al Verbo de Dios, aceptarlo en actitud de obediencia creyente y dejarse llenar totalmente de Él. Pero el «concepit» -y este es el segundo momento- debe convertirse en «peperit», «dio a luz»: el hombre, obediente y creyente, de nuevo como María, debe dar a luz al Verbo de Dios, darle vida y forma. San Buenaventura atribuye estos dos momentos a María y Francisco. No podía él expresar y explicar con mayor acierto y profundidad la fundamental actitud mariana que existía en la vida evangélica de san Francisco. No; san Buenaventura no introdujo en la vida de Francisco pensamientos teológicos extraños. Lo demuestra palmariamente la magnífica carta que Francisco escribió a los fieles de todo el mundo, en la que desarrolló abundantemente los pensamientos de su corazón. En ella (2CtaF 4) el santo describe el nacimiento del Verbo divino de las entrañas de la santa y gloriosa Virgen María. Pero este nacimiento divino no acontece sólo en María; debe realizarse también en los corazones de los fieles. Los Padres de la Iglesia, desde Hipólito y Orígenes, meditaron largamente sobre este íntimo misterio de la vida cristiana y trataron de aclararlo con explicaciones siempre nuevas (H. Rahner). En la misma citada carta (v. 53), Francisco hace un comentario muy condensado en un lenguaje que le es propio: somos «madres, cuando lo llevamos en el corazón y en nuestro cuerpo por el amor y por una conciencia pura y sincera; lo alumbramos por las obras santas, que deben ser luz para ejemplo de otros». En un primer momento podría parecer que estas palabras representan una visión ascética del misterio, que remontaría a san Ambrosio y que fue la que privó en el occidente hasta la Edad Media (H. Rahner). Pero se ha de tener en cuenta que poco antes (v. 51) Francisco ha dicho algo que no se puede separar de lo que ha afirmado acerca de la maternidad espiritual: «Somos esposos [de Cristo] cuando el alma fiel se une, por el Espíritu Santo, a Jesucristo». El misterio de la maternidad espiritual se funda y radica en el misterio del desposorio que se le regala al alma fiel mediante el Espíritu Santo y que no se desarrolla por un esfuerzo voluntarista y ascético. Es un don gratuito del amor de Dios en el Espíritu Santo. * * *
TEXTOS DE LA MISA Antífona de entrada Cfr. Mt 25,1. Oración colecta PRIMERA LECTURA Lectura del Profeta Isaías 61, 9-11. Desbordo de gozo con el Señor, Como el suelo echa sus brotes, Salmo responsorial Sal. 44, 11-12. 14-15. 16-17. V/. Llega el Esposo; salid a recibir a Cristo, el Señor. Escucha, hija, mira: inclina el
oído; Ya entra la princesa bellísima, Las traen entre alegría y
algazara, O bien: PRIMERA LECTURA Lectura del Libro del Eclesiástico 24, 4. 24-31. La Sabiduría será ensalzada
en medio de su pueblo En mí está toda la gracia del
camino y de la verdad, Venid a mí los que me
amáis, El que me come tendrá más
hambre, El que me escucha no fracasará, Los que me honran obtendrán la vida eterna. Salmo responsorial Sal 33, 10-11. 12-13. 14-15. 19-20. V/. Gustad y ved qué bueno es el Señor. Todos sus santos, temed al
Señor, Venid, hijos, escuchadme: Guarda tu lengua del mal, El Señor está cerca de los
atribulados, SEGUNDA LECTURA Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas 5,16-25. Hermanos: Proceded guiados por el
Espíritu Mirad, los objetivos de los bajos instintos
Resultado: que no podéis hacer lo que quisierais. En cambio, si os guía el
Espíritu, Las obras de la carne están
patentes: Y os prevengo, como ya os previne, En cambio, el fruto del Espíritu
es: O bien: 1 Cor 7, 25-34. (Del Común de Vírgenes, pág. 186) EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según San Marcos 3,31-35. En aquel tiempo, llegaron la madre y los hermanos de Jesús, y desde fuera lo mandaron llamar. La gente que tenía sentada alrededor le dijo: -Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan. Les contestó: -¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? Y paseando la mirada por el corro, dijo: -Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre. O bien: EVANGELIO Lectura del santo Evangelio según San Juan 14, 21. 26. En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: El que me ama guardará mi palabra y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado; pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho. Oración sobre las ofrendas Antífona de comunión Mt 25,6. Oración después de la
comunión LITURGIA DE LAS HORAS Hacia el año 1424 nació en Ceuta, de padres portugueses. Sirvió como dama de honor a doña Isabel de Portugal, mujer de Juan II de Castilla. Huyendo de las insidias de la corte, se refugió en Toledo, y durante unos treinta años residió en Santo Domingo el Real. En los palacios de Galiana fundó un nuevo instituto que dedicó a la Concepción de Nuestra Señora, aprobado por Inocencio VIII en 1489. Murió en 1490 y la canonizó Pablo VI en 1976. V Í S P E R A S Himno Oh Madre Beatriz, que desde el cielo Oh Madre Beatriz, flor de azucena, Oh Madre Beatriz, luz y hermosura, Cantemos al Señor, Padre
amoroso, Salmodia Ant. 1. La bienaventurada Beatriz, menospreciando el palacio real y unas bodas terrenas, contrajo con Cristo virginal matrimonio. Salmo 112 Alabad, siervos del Señor, El Señor se eleva sobre todos los
pueblos, Levanta del polvo al desvalido, Ant. La bienaventurada Beatriz, menospreciando el palacio real y unas bodas terrenas, contrajo con Cristo virginal matrimonio. Ant. 2. La bienaventurada Beatriz, para dedicar a Dios su corazón indiviso, profesó en el claustro una vida con Cristo, escondida en Dios. Salmo 147 Glorifica al Señor,
Jerusalén; Él envía su mensaje a la
tierra, hace caer el hielo como migajas Anuncia su palabra a Jacob, Ant. La bienaventurada Beatriz, para dedicar a Dios su corazón indiviso, profesó en el claustro una vida con Cristo, escondida en Dios. Ant. 3. La bienaventurada Beatriz recibió de Dios copiosos tesoros de gracia, de sabiduría y prudencia. Cántico de la Carta
a los Efesios (1,3-10) Bendito sea Dios, Él nos eligió en la persona
de Cristo, Él nos ha destinado en la persona de
Cristo, Por este Hijo, por su sangre, Éste es el plan Ant. La bienaventurada Beatriz recibió de Dios copiosos tesoros de gracia, de sabiduría y prudencia. Lectura
breve 1Jn 2,15-17. Responsorio breve Magníficat, Ant. Santa madre Beatriz, tú, que despreciaste por el amor de Cristo el reino del mundo y todas las galas de este siglo, haz que nosotros glorifiquemos a Dios, el Señor, por los dones de su gracia, sin cesar, de palabra y de obra. Cántico de la Virgen
María Proclama mi alma la grandeza del
Señor, Desde ahora me felicitarán todas las
generaciones, Él hace proezas con su brazo: Auxilia a Israel, su siervo, Magníficat, Ant. Santa madre Beatriz, tú, que despreciaste por el amor de Cristo el reino del mundo y todas las galas de este siglo, haz que nosotros glorifiquemos a Dios, el Señor, por los dones de su gracia, sin cesar, de palabra y de obra. Preces Invoquemos al Señor en esta hora del
sacrificio vespertino para que, así como nos exhorta a velar
constantemente, nos conceda la gracia de mantener siempre encendidas nuestras
lámparas, en espera de la llegada del Esposo: Señor, que dijiste: «Yo soy la
luz del mundo; quien me sigue no andará en tinieblas, sino que
tendrá la luz de la vida», Señor, que dijiste: «Es
preciso trabajar mientras es de día, porque viene la noche, durante la
cual no es posible seguir trabajando», Señor, que dijiste: «Velad y
orad, porque no sabéis el día ni la hora», Señor, que dijiste:
«Resplandezca vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas
obras y glorifiquen a vuestro Padre del cielo», Señor, que iluminaste la frente de
tu sierva santa Beatriz con una fúlgida estrella en el ocaso de su
vida, Padre nuestro. Oración * * * INVITATORIO Ant. Venid, adoremos al Cordero, al Esposo acompañado por el cortejo de vírgenes. L A U D E S Himno Sin tilde en fe y en amor: Amor y fe de Abrahán, Abrahán dejó su casa, Abrahán y Beatriz Hijos en la noche bella A Dios, Padre creador, Salmodia Ant. 1. Ésta es la virgen sensata, una del número de las prudentes: con su lámpara encendida velaba para el Señor desde el amanecer, en la oración y en la penitencia. Salmo 62 Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti
madrugo, ¡Cómo te contemplaba en el
santuario Toda mi vida te bendeciré En el lecho me acuerdo de ti Ant. Ésta es la virgen sensata, una del número de las prudentes: con su lámpara encendida velaba para el Señor desde el amanecer, en la oración y en la penitencia. Ant. 2. Ésta es la virgen sensata que, contemplando la bondad de Dios en sus criaturas, nunca cesaba de alabar al Creador por todas sus obras. Cántico de los tres
jóvenes Criaturas todas del Señor, bendecid
al Señor, Angeles del Señor, bendecid al
Señor; Aguas del espacio, bendecid al
Señor; Sol y luna, bendecid al Señor; Lluvia y rocío, bendecid al
Señor; Fuego y calor, bendecid al
Señor; Rocíos y nevadas, bendecid al
Señor; Escarchas y nieves, bendecid al
Señor; Luz y tinieblas, bendecid al
Señor; Bendiga la tierra al Señor, Montes y cumbres, bendecid al
Señor; Manantiales, bendecid al Señor; Cetáceos y peces, bendecid al
Señor; Fieras y ganados, bendecid al
Señor, Hijos de los hombres, bendecid al
Señor; Sacerdotes del Señor, bendecid al
Señor; Almas y espíritus justos, bendecid
al Señor; Ananías, Azarías y Misael,
bendecid al Señor, Bendigamos al Padre y al Hijo con el
Espíritu Santo, Bendito el Señor en la bóveda
del cielo, Ant. Ésta es la virgen sensata que, contemplando la bondad de Dios en sus criaturas, nunca cesaba de alabar al Creador por todas sus obras. Ant. 3. Ésta es la virgen sensata que, perseverando en el camino de la renovación de su vida, entonaba al Señor el cántico nuevo. Aleluya. Salmo 149 Cantad al Señor un cántico
nuevo, Alabad su nombre con danzas, Que los fieles festejen su gloria para tomar venganza de los pueblos Ejecutar la sentencia dictada Ant. Ésta es la virgen sensata que, perseverando en el camino de la renovación de su vida, entonaba al Señor el cántico nuevo. Aleluya. Lectura
breve Pr 8, 12 14. 18. Responsorio breve Benedictus, Ant. Santa virgen Beatriz, esposa de Cristo, madre y maestra de numerosas vírgenes: mereciste unirte ya para siempre con el Esposo celestial; intercede por nosotros ante el Señor, para que se digne dirigir nuestros pasos por el camino de la paz y de la santidad. Cántico de
Zacarías Bendito sea el Señor, Dios de
Israel, Es la salvación que nos libra de
nuestros enemigos Para concedernos que, libres de temor, Y a ti, niño, te llamarán
profeta del Altísimo, Por la entrañable misericordia de
nuestro Dios, Benedictus, Ant. Santa virgen Beatriz, esposa de Cristo, madre y maestra de numerosas vírgenes: mereciste unirte ya para siempre con el Esposo celestial; intercede por nosotros ante el Señor, para que se digne dirigir nuestros pasos por el camino de la paz y de la santidad. Preces Unidos en común oración, en
esta liturgia matutina, invocamos a Cristo, candor de la luz eterna y esplendor
de la substancia del Padre, para que nos ayude a servirle en santidad y
justicia durante todos los días de nuestra vida: Cristo Señor, estrella de Jacob, sol
de justicia, que quisiste hacerte preceder de María Inmaculada,
concebida sin pecado, como aurora de la redención y estrella de la
mañana, esplendente entre nieblas, Cristo, renovador del mundo, que escogiste,
llamaste y preparaste bajo tu divino magisterio a tus apóstoles y a tus
discípulos más íntimos para que fueran sal de la tierra y
luz del mundo, Cristo, único Esposo de las
vírgenes consagradas, que en la frente de tu fiel esposa santa Beatriz
hiciste brillar una simbólica estrella en el momento en que llegaba a
las nupcias celestiales, Cristo, que nos exhortaste a velar sin
descanso con las lámparas encendidas, viviendo sobria, justa y
piadosamente en la ansiosa espera de la llegada del Esposo, Por la intercesión de tu esposa
santa Beatriz, que, como virgen sabia y prudente, buscó sin cesar, en el
retiro de la vida contemplativa, la luz y el calor de la verdadera
sabiduría, Padre nuestro. Oración
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