DIRECTORIO FRANCISCANO
Año Cristiano Franciscano

DÍA 17 DE AGOSTO

 

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SANTA BEATRIZ DE SILVA. Nació en Ceuta hacia el año 1426, de padres portugueses. Siendo aún niña se trasladó con su familia a Campo Mayor (Alentejo, Portugal). Junto con sus once hermanos, entre ellos el beato Amadeo de Silva, reformador franciscano, recibió una excelente educación y la devoción a María Inmaculada. En su juventud sirvió como dama de honor a doña Isabel de Portugal, esposa del rey Juan II de Castilla. Huyendo de las insidias de la corte, salió de Tordesillas y se refugió en Toledo, donde por espacio de unos treinta años residió en el monasterio de Santo Domingo el Antiguo. En 1484 pasó con unas compañeras a los Palacios de Galiana, cedidos por Isabel la Católica, y allí iniciaron una vida monástica que desembocaría en la Orden de la Inmaculada Concepción, en la que se armonizaban la devoción al gran privilegio de María y la espiritualidad franciscana. Beatriz falleció el 16 o más probablemente el 17 de agosto de 1491.- Oración: Oh Dios, que has distinguido a santa Beatriz de Silva por su altísima contemplación y su amor a la Concepción Inmaculada de María, concédenos, por su intercesión, vivir en inocencia, buscar las cosas de arriba y gozar de la dicha del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

BEATO AURELIO DE OCEJOBEATO AURELIO DE OCEJO. Nació en el pequeño y aislado pueblo de Ocejo de la Peña, provincia de León (España), en 1881. De joven se dedicó a las labores del campo; hizo el servicio militar y con 27 años ingresó en los capuchinos de Basurto (Bilbao), en los que emitió su primera profesión, como hermano laico, en 1910. Su vida de religioso se centró en la oración y el trabajo. Sus destinos fueron El Pardo y Madrid. Se dedicó casi por completo a tareas relacionadas con la publicación y distribución de la revista El Mensajero Seráfico. El 20 de julio de 1936, ante la persecución religiosa, tuvo que dejar el convento y refugiarse en casas particulares de la capital. Cuando se trasladaba a casa de un pariente suyo desapareció y su cadáver fue hallado el 17 de agosto de 1936 en la carretera de Andalucía (Madrid). Beatificado el 13-X-2013. [Más información]

BEATO JOSÉ MARÍA DE MANILABEATO JOSÉ MARÍA DE MANILA. Nació en Manila (Filipinas) en 1880. Vino a España e inició la carrera de leyes. Pero pronto ingresó en los capuchinos e hizo la primera profesión en 1905. Recibió la ordenación sacerdotal en 1910. Le confiaron varias veces el oficio de superior. Estuvo destinado en Montehano, Bilbao, Salamanca, Gijón y finalmente Madrid, donde le sorprendió la persecución religiosa. El 20 de julio de 1936 tuvo que dejar el convento y hospedarse en casas particulares. El 16 de agosto siguiente lo detuvieron los milicianos y lo llevaron a la checa de Bellas Artes, donde lo sometieron a un largo interrogatorio. Al día siguiente, 17 de agosto de 1936, temprano, lo condujeron a los jardines del Cuartel de la Montaña, donde lo asesinaron. Sus restos, como los de otros mártires capuchinos, se encuentran en la cripta del convento de Capuchinos de Jesús en Madrid. Beatificado el 13-X-2013. [Más información]

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Santa Clara de la Cruz. Nació el año 1268 en Montefalco (Umbría, Italia), donde trascurrió toda su vida. Siendo adolescente ingresó en el beaterio del que su hermana Juana era la superiora. En 1290 el beaterio se trasformó en un verdadero monasterio de la Orden de Ermitañas de San Agustín, en el que ella profesó. Cuando en 1291 murió su hermana, las religiosas la eligieron priora. Gobernó su comunidad santamente a la vez que se interesaba por la vida de la Iglesia, por lo que mantenía una estrecha relación con las autoridades de la misma. Fue una gran mística que centró su vida y sus experiencias en torno al misterio de la Pasión de Cristo. Murió en 1308.

San Elías el Joven. Nació en Enna (Sicilia) a principios del siglo IX. Abrazó en su ciudad la vida monástica que seguía las enseñanzas y reglas de los antiguos Padres orientales. Cuando los sarracenos invadieron su tierra, lo apresaron y lo vendieron como esclavo en África. Recobró la libertad y marchó a Palestina, de donde volvió a Sicilia y fundó un monasterio en Calabria. Pasó la última etapa de su vida en Grecia envuelto en la fama de santidad y milagros. Llevó con gran fortaleza de ánimo una vida rigurosa de oración y austeridad. Murió en Tesalónica el año 903.

San Eusebio, papa del 18 de abril al 17 de agosto del año 309. Tuvo que afrontar, frente a los rigoristas, el problema de la readmisión en la Iglesia de los cristianos que habían apostatado durante la persecución de Diocleciano. El emperador Majencio lo desterró a Sicilia, donde murió. Su cuerpo fue trasladado a Roma y enterrado en la catacumba de Calixto.

San Jerón. Sacerdote de Frisia (en la actual Holanda) que fue martirizado el año 856 por los paganos normandos.

Santa Juana Delanoue. Nació en Saumur, valle del Loira (Francia), el año 1666. Tras la muerte de sus padres tuvo que hacerse cargo del pequeño comercio que tenían, y pronto la avaricia hizo presa en ella. Pero en 1693, al contacto con una pobre, tuvo una «conversión» y cambió enteramente de mentalidad. A partir de entonces entregó su vida al servicio de los más pobres y abandonados, niños, mayores, ancianos, sanos y enfermos. En 1704 fundó la Congregación de Hermanas de Santa Ana de la Providencia, después Siervas de los Pobres. Murió en su pueblo natal el 17 de agosto de 1736.

San Mamés (Mamante o Mamas). En Cesarea de Capadocia, en la actual Turquía, conmemoración de san Mamés, humilde pastor que llevó en solitario, en bosques y montes, una vida cristiana de gran austeridad y que, en torno al año 276, bajo el emperador Aureliano, sufrió el martirio por confesar su fe en Cristo. San Basilio y san Gregorio Nacianceno le dedicaron homilías.

San Mirón. Sacerdote y mártir que, después de sufrir muchos tormentos, fue decapitado en Cízico, en el Helesponto (actual Turquía), durante el imperio de Decio, en torno al año 250.

Santos Santiago Kyuhei Gorobioye Tomonaga y Miguel Kurobioye. El 17 de agosto de 1633 fueron martirizados en Nagasaki (Japón), con el tormento de la horca y el hoyo, estos dos santos, ambos japoneses de nacimiento, el primero sacerdote dominico y el segundo seglar. Santiago nació en 1582 y se educó en los jesuitas de Nagasaki, con los que colaboró como catequista. Cuando en 1614 arreció la persecución contra los cristianos, marchó a Filipinas, donde ingresó en la Orden de Predicadores y se ordenó de sacerdote en 1626. Después de hacer apostolado en Filipinas y Formosa, volvió a Japón en 1632. Miguel se hizo compañero y catequista del P. Santiago. Lo arrestaron y, en medio de los suplicios, declaró el escondite del misionero, al que de inmediato arrestaron. Luego se arrepintió y confesó su fe cristiana con firmeza.

Beato Alberto de Chiatina. Nació el año 1135 en Chiatina, castillo medieval de la diócesis de Arezzo. Ordenado de sacerdote, ejerció su ministerio en Colle di Val d'Elsa, cerca de Siena (Italia). Lo llamaron «el Santo Job de Toscana» por la paciencia con que soportó largas y penosas enfermedades. Después de dar un espléndido ejemplo de virtud al pueblo, murió en Colle di Val d'Elsa el año 1202.

Beato Antonio Carmaníu. Nació en Rialp (Lérida) en 1860. Estudió hasta los 19 años en el seminario diocesano de Seo de Urgel. Después pasó a los Paúles, en los que profesó en 1881. Fue ordenado sacerdote en 1885. Su primer destino fue Palma de Mallorca, donde se dedicó de lleno a las misiones populares; en 1909 pasó a la nueva fundación de Rialp. Declarada la persecución religiosa, se dirigió a la frontera de Francia. En el camino sufrió muchas penalidades y varias detenciones, hasta que el 17 de agosto de 1936 los milicianos lo fusilaron en Llavorsí (Lérida) mientras él gritaba: "Os perdono. Viva Cristo Rey". Beatificado el 13-X-2013.

Beato Enrique Canadell Quintana. Nació en Olot (Gerona) el año 1890. Después de una niñez religiosa en su pueblo, entró en los Escolapios el año 1905, y se ordenó de sacerdote en Lérida el año 1913. Ejerció el ministerio sagrado en sus colegios de Mataró, Balaguer y Barcelona, destacando como educador, predicador del Evangelio y propagador de la devoción eucarística. Cuando en julio de 1936 tuvo que dejar el colegio, se refugió en casa de una familia amiga, mas luego, para no ponerla en peligro, marchó a su pueblo, donde lo detuvieron los milicianos el 17 de agosto de 1936. Él reconoció que era sacerdote escolapio, y aquel mismo día lo fusilaron cerca de Castellfullit de la Roca (Gerona).

Beatos Magín Civit Roca, José Mañé y Miguel Rué. Cuando empezó la guerra civil de España, estos tres sacerdotes seculares de la diócesis de Tarragona ejercían su ministerio en El Morell como párroco sustituto, beneficiado y coadjutor respectivamente. Viendo que la persecución se agravaba, se refugiaron en el campo. El 17 de agosto de 1936, los milicianos se los llevaron y los asesinaron en la "Riera de Maspujols", término de Reus. Magín Civit nació en Conesa (Tarragona) en 1871. Era admirado y reverenciado en El Morell, que fue su último destino, por su caridad, piedad y celo; jamás se metió en política, su única preocupación era el bien espiritual de sus feligreses. José Mañé nació en El Morell el año 1876. Ejerció siempre el ministerio sacerdotal en su pueblo natal. Excelente sacerdote, madrugador y trabajador, devoto, nunca se le oyó hablar mal de nadie ni toleró críticas en su presencia; era notoria su bondad. Miguel Rué nació en Cerviá (Lérida) en 1909. Desplegó una gran actividad en los círculos de estudios, instruyendo a grupos de jóvenes, formó y dirigió un coro para las funciones litúrgicas. Era un gran psicólogo y maestro de almas; para todos tenía una palabra de aliento y consuelo.- Beatificados el 13-X-2013.

Beata María Isabel Turgeon. Nació en Beaumont (Québec, Canadá) el año 1840. Tenía una salud frágil, pero una inteligencia viva y un corazón sabio, tierno y generoso. Estudió magisterio y se dedicó a la enseñanza. En 1875, el obispo de Rimouski la invitó a unirse al grupo de señoritas que él mismo iba seleccionando con el fin de formar profesoras calificadas para las escuelas de sus parroquias. Fundó ella el instituto de las Hermanas de Nuestra Señora del Santo Rosario de San Germán, en el que profesó con 12 compañeras en 1879. Como superiora, envió hermanas a tres escuelas parroquiales muy pobres y abrió una escuela independiente en Rimouski a fin de preparar a las novicias para la enseñanza. Fue una religiosa dedicada a la oración, a la enseñanza en los pequeños centros de su diócesis y a las obras de caridad. Murió en Rimouski el 17 de agosto de 1881. Beatificada el 26-IV-2015.

Beato Natalio (o Noel) Hilario Le Conte. Nació en Chartres (Francia) el año 1765, hijo de un jardinero. Desde joven trabajó para el cabildo catedralicio de Chartres, del que percibía su salario, y en el que recibió la tonsura por sus cualidades musicales. Cuando llegó la Revolución Francesa no era más que un clérigo tonsurado, pero lo detuvieron y por no prestar el juramento constitucional lo destinaron a la deportación. Lo internaron en las naves-prisión ancladas frente a Rochefort, y allí murió el 17 de agosto de 1794.

Beato Nicolás Politi. Nació en Adrano (Catania, Sicilia). De joven se escapó de casa para llevar vida de ermitaño en las faldas del Etna. Después se estableció cerca de Milazzo, donde permaneció treinta años viviendo en oración y penitencia. Murió el año 1107.

Beatos Silvestre Pérez y 7 compañeros mártires. Eran religiosos de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios que atendían, en 1936, el hospital psiquiátrico San José, de Málaga. Llegó la persecución y el 20 de julio de 1936 empezaron los registros a la casa y otras molestias a los religiosos. Los hermanos, sin embargo, seguían cumpliendo sus deberes religiosos y asistenciales; el 14 de agosto tuvieron que suspender los actos de culto público. La situación se hacía cada vez más tensa y crítica, y el superior autorizó a los religiosos a salir del sanatorio, pero todos prefirieron, confiados en la Providencia, continuar su misión hospitalaria y compartir la suerte de la comunidad. El 17 de agosto de 1936, miembros de la FAI, junto con varios empleados del comité del centro, apresaron a 8 religiosos y los fusilaron junto al cementerio de San Rafael de Málaga. Indicamos sus nombres, con el lugar y año de nacimiento. Silvestre Pérez, Villar del Campo (Soria) 1873. Segundo Pastor, Mezquetillas (Soria) 1885. Baltasar del Charco Horques, Granada 1887. Gumersindo Sanz, Almadrones (Guadalajara) 1878. Honorio Ballesteros, Ocaña (Toledo) 1895. Raimundo García, Lucena (Córdoba) 1896. Estanislao de Jesús Peña, Talavera de la Reina (Toledo) 1907. Salustiano Alonso, Torno (Cáceres) 1876.- Beatificados el 13-X-2013.


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Cf. más abajo los textos de la Misa y Oficio de Santa Beatriz de Silva.

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PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN

Pensamiento bíblico:

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una Virgen, desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la Virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita tú entre las mujeres». Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús» (Lc 1,26-31).

Pensamiento franciscano:

San Buenaventura dice de san Francisco: -Amaba con indecible afecto a la Madre del Señor Jesús, por ser ella la que ha convertido en hermano nuestro al Señor de la majestad y por haber alcanzado nosotros misericordia mediante ella. Después de Cristo, depositaba principalmente en la misma su confianza; por eso la constituyó abogada suya y de todos sus hermanos (LM 9,3).

Orar con la Iglesia:

Pidamos a Cristo que nos ayude a servirle en santidad y justicia todos los días de nuestra vida.

-Cristo Jesús, que quisiste hacerte preceder de María Inmaculada: ilumínanos con el esplendor de tu vida y doctrina.

-Cristo Jesús, que escogiste a tus discípulos para que fueran sal de la tierra y luz del mundo: asístenos con tu gracia para que la sal no se corrompa y la luz no se apaga en nuestra vida.

-Cristo Jesús, esposo único de las vírgenes consagradas: concédenos que resplandezca siempre en nuestra vida la luz de tu rostro.

-Cristo Jesús, que nos exhortas a velar sin descanso con las lámparas encendidas: haz de nuestra vida una jornada luminosa de amor, oración y laboriosidad vigilante.

-Cristo Jesús, por intercesión de tu esposa santa Beatriz: haz que busquemos en todas nuestras ocupaciones el Espíritu del Señor y su santa operación.

Oración: Oh Dios, que has distinguido a santa Beatriz de Silva por su altísima contemplación y su amor a la Concepción Inmaculada de María, concédenos por su intercesión buscar las cosas de arriba y vivirlas ya en la tierra. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

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SANTA BEATRIZ DE SILVA (1424-1491)
De la Homilía de S. S. Pablo VI en su canonización (3-X-76)

Nos resulta imposible tejer el breve elogio de la nueva Santa, acostumbrado en el momento de una canonización, que parece proyectar los rasgos de una faz gloriosa ante nuestra mirada jubilosa, porque, de la misma manera que el rostro extraordinariamente bello y puro de Beatriz de Silva permaneció oculto durante largos años de su vida terrena hasta su bienaventurada muerte, así también demasiados aspectos de su biografía sólo han llegado hasta nosotros de forma refleja, en la documentación histórica, como «per speculum in aenigmate», a través de la cual se trasparenta como figura inocente, humilde y luminosa, a pesar de no conceder a nuestra humana, pero legítima curiosidad, ningún signo de expresión personal.

Beatriz de Silva nació en Ceuta, ciudad del norte de África asomada al Mediterráneo, y que en aquella época se encontraba bajo el dominio de la corona de Portugal. El feliz acontecimiento tuvo lugar con mucha probabilidad en 1426, aunque algunos biógrafos hablen de 1424.

Nació portuguesa, por tanto. Su padre, don Ruy Gomes de Silva, aún joven, combatió en la conquista de la referida ciudad de Ceuta, en 1415; y se portó con tanto denuedo y valor, que el capitán de la plaza, de nombre don Pedro de Meneses, le premió concediéndole en matrimonio a su propia hija Isabel. Ésta, por diversos enlaces, estaba emparentada con las casas reales de España y Portugal.

Nacieron de este matrimonio once hijos, criados y educados con amor y con la esclarecida prudencia de un alma profundamente cristiana como la de los progenitores, sobre todo la madre. Además de Beatriz, descolló entre ellos el beato Amadeo de Silva, que abrazó en Italia la Orden de San Francisco y dio origen a una rama de la Orden de Frailes Menores, reformados, conocidos con el nombre de Amadeos.

Hacia 1433, el padre de Beatriz de Silva Meneses fue nombrado alcaide principal de la villa de Campo Mayor, en Portugal, a donde se trasladó con toda su familia. En Portugal, por tanto, pasó la nueva Santa los tiempos de su infancia y juventud, cultivando las excelsas cualidades de su alma privilegiada y preparándose para las pruebas futuras. La experiencia de sufrimientos físicos y morales, como prueba de amor, es frecuente en el camino que deben recorrer aquellos a quienes el Señor quiere dar la corona de la vida, prometida a quienes lo aman (cf. Sant 1,12).

En el año 1447, al casarse Isabel, hija de Juan príncipe de Portugal, con Juan II rey de Castilla, llevó consigo a tierras de Castilla a Beatriz, la cual había cumplido los veinte años.

Sin embargo, pasado cierto tiempo, debido a que su belleza provocaba la admiración de los nobles o, quizás, porque la misma reina temía ver en ella una peligrosa rival, Beatriz abandonó la corte real que estaba en Tordesillas (Valladolid) e ingresó en el monasterio cisterciense de Santo Domingo de Silos, en Toledo, en el que durante treinta años se dedicó únicamente a Dios.

Después de estos casi treinta años de dedicación a Dios, decidió fundar un nuevo monasterio u Orden de la Inmaculada Concepción, en honor del Misterio de la Inmaculada Concepción y para la propagación de su culto. Así, pues, el año 1484 abandonó el monasterio de Santo Domingo y pasó, con algunas compañeras, a una casa llamada Palacio de Galiana, que le había donado la reina Isabel la Católica.

El día 30 de abril de 1489, a petición de Beatriz y de la misma reina Isabel, el papa Inocencio VIII autorizó la fundación del nuevo monasterio y aprobó las principales reglas que, entre tanto, habrían de observarse en el mismo.

Sin embargo, antes de que, conforme al permiso pontificio, se iniciara la vida regular en el nuevo monasterio, Beatriz subió a los cielos. No obstante, su Instituto no desapareció y, a pesar de algunas dificultades, se convirtió en una verdadera Orden religiosa y obtuvo su propia regla el año 1511.

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CON ELLA ME VINIERON TODOS LOS BIENES JUNTOS
De «La vida espiritual coronada
por la triple manifestación de Jesucristo»,

de sor María Ángeles Sorazu, Concepcionista

Dios favorece a algunas almas, inspirándoles una devoción singular, entusiasta y acendrada a la Santísima Virgen. Estas almas, impulsadas por la gracia, se consagran enteramente a la Señora y se identifican con ella mediante la práctica de la vida mariana, que consiste en inspirarse para todo en la Virgen y hacerlo todo en unión con ella.

Las que practican esta vida mariana tienen en la Virgen una ayuda poderosísima y un lenitivo para sus penas en todas sus tribulaciones.

Es admirable la conducta que observa la Señora con las almas que le pertenecen (por su devoción y consagración perfecta) y el celo que despliega en favor de las mismas. ¡Con cuánto amor y ternura las visita, las asiste en la tribulación, las protege y defiende de sus enemigos, las socorre en sus necesidades, las enamora de Dios, las adorna y prepara a su divina unión y obtiene esta gracia para ellas! Estas almas pueden repetir con verdad las palabras del libro de la Sabiduría: Con ella me vinieron todos los bienes juntos, en sus manos había riquezas incontables; porque quien tiene de su parte a la Virgen (y la tienen todos los que de veras la aman) posee un tesoro infinito, pues posee al mismo Dios. Y no hay quien prodigue los consuelos inefables que prodiga la Señora a sus devotos en el tiempo de la tribulación.

Por eso las almas interiores, llamadas a vivir en intimidad con Dios como preparación a las pruebas que les esperan en las noches y cavernas, en los desiertos y en los túneles que comprende su sendero, deben procurar identificarse con la Virgen y merecer su amparo y protección; que, si así lo hacen, padecerán menos y siempre aprovecharán más, pero singularmente en los períodos de sufrimiento, que es cuando más necesitan de su patrocinio.

Padecerán menos, porque las almas que practican la vida mariana, cuando se ven abandonadas de Dios, acusadas de su propia conciencia, atormentadas por el demonio y desesperadas de su salvación, además de la protección que experimentan en su recurso frecuente a la Virgen, el afecto de complacencia que sienten por ella las hace participantes de su felicidad, y gozan del torrente de sus delicias.

Aprovechan más, porque, iluminada su alma por el resplandor de esta Estrella matutina, que jamás se oculta a sus fieles servidores, tienen conciencia de la purgación dolorosa que en ellas opera la gracia, y, confortadas por el patrocinio de la Señora, la sufren, enseñadas por ella, con perfecta resignación, sin defenderse ni sustraerse, antes bien, procuran cooperar con ella en la forma que les es posible.

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LA DEVOCIÓN MARIANA DE SAN FRANCISCO
3. MARÍA Y EL PLAN DE SALVACIÓN (I)
por Kajetan Esser, ofm

Siendo María la madre de Jesús, Francisco la honraba especialmente como «madre de toda bondad» (1 Cel 21). Fue lo que le indujo a establecerse junto a la ermita de la Madre de Dios en la Porciúncula. Todo lo esperaba de su bondad. «Después de Cristo, depositaba principalmente en ella su confianza» (LM 9,3).

Según esta profunda frase de san Buenaventura, Francisco concibió y dio a luz el espíritu de la verdad evangélica en esta iglesita, por los méritos de la madre de la misericordia. El santo doctor subraya esta explicación aludiendo a que esto ocurrió al amparo de aquella que «engendró al Verbo lleno de gracia y de verdad» (LM 3,1). Con esta alusión se ha tocado con seguridad lo más profundo acerca del amor y veneración marianos en Francisco. Esta devoción no termina en ardientes oraciones ni en cánticos de alabanza; se realiza más bien y llega a su culminación en el esfuerzo de Francisco por asimilar en todo la actitud de María ante el Verbo de Dios. Como primera cosa, el «concepit», «concibió»: como María, el hombre debe acoger al Verbo de Dios, aceptarlo en actitud de obediencia creyente y dejarse llenar totalmente de Él. Pero el «concepit» -y este es el segundo momento- debe convertirse en «peperit», «dio a luz»: el hombre, obediente y creyente, de nuevo como María, debe dar a luz al Verbo de Dios, darle vida y forma. San Buenaventura atribuye estos dos momentos a María y Francisco. No podía él expresar y explicar con mayor acierto y profundidad la fundamental actitud mariana que existía en la vida evangélica de san Francisco.

No; san Buenaventura no introdujo en la vida de Francisco pensamientos teológicos extraños. Lo demuestra palmariamente la magnífica carta que Francisco escribió a los fieles de todo el mundo, en la que desarrolló abundantemente los pensamientos de su corazón. En ella (2CtaF 4) el santo describe el nacimiento del Verbo divino de las entrañas de la santa y gloriosa Virgen María. Pero este nacimiento divino no acontece sólo en María; debe realizarse también en los corazones de los fieles. Los Padres de la Iglesia, desde Hipólito y Orígenes, meditaron largamente sobre este íntimo misterio de la vida cristiana y trataron de aclararlo con explicaciones siempre nuevas (H. Rahner). En la misma citada carta (v. 53), Francisco hace un comentario muy condensado en un lenguaje que le es propio: somos «madres, cuando lo llevamos en el corazón y en nuestro cuerpo por el amor y por una conciencia pura y sincera; lo alumbramos por las obras santas, que deben ser luz para ejemplo de otros».

En un primer momento podría parecer que estas palabras representan una visión ascética del misterio, que remontaría a san Ambrosio y que fue la que privó en el occidente hasta la Edad Media (H. Rahner). Pero se ha de tener en cuenta que poco antes (v. 51) Francisco ha dicho algo que no se puede separar de lo que ha afirmado acerca de la maternidad espiritual: «Somos esposos [de Cristo] cuando el alma fiel se une, por el Espíritu Santo, a Jesucristo». El misterio de la maternidad espiritual se funda y radica en el misterio del desposorio que se le regala al alma fiel mediante el Espíritu Santo y que no se desarrolla por un esfuerzo voluntarista y ascético. Es un don gratuito del amor de Dios en el Espíritu Santo.

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NOTA TÉCNICA: Si desea descargar los «TEXTOS DE LA MISA Y DE LA LITURGIA DE LAS HORAS DE SANTA BEATRIZ DE SILVA» en formato pdf, pulse aquí.

TEXTOS DE LA MISA
DE SANTA BEATRIZ DE SILVA

Antífona de entrada Cfr. Mt 25,1.
Esta es una virgen sabia y prudente, que salió al encuentro de Cristo con la lámpara encendida.

Oración colecta
Oh Dios,
que has distinguido a santa Beatriz de Silva
por su altísima contemplación
y su amor a la Concepción Inmaculada de María;
concédenos, por su intercesión,
vivir en inocencia,
buscar las cosas de arriba
y gozar de la dicha del cielo.
Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA
Desbordo de gozo con el Señor

Lectura del Profeta Isaías 61, 9-11.

Desbordo de gozo con el Señor,
y me alegro con mi Dios:
porque me ha vestido un traje de gala
y me ha envuelto en un manto de triunfo,
como novio que se pone la corona
o novia que se adorna con sus joyas.

Como el suelo echa sus brotes,
como un jardín hace brotar sus semillas,
así el Señor hará brotar la justicia
y los himnos ante todos los pueblos.

Salmo responsorial Sal. 44, 11-12. 14-15. 16-17.

V/. Llega el Esposo; salid a recibir a Cristo, el Señor.

Escucha, hija, mira: inclina el oído;
olvida tu pueblo y la casa paterna:
prendado está el rey de tu belleza,
póstrate ante él, que él es tu señor.

Ya entra la princesa bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes;
la siguen sus compañeras.

Las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.
A cambio de tus padres tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra.

O bien:

PRIMERA LECTURA

Lectura del Libro del Eclesiástico 24, 4. 24-31.

La Sabiduría será ensalzada en medio de su pueblo
y admirada en la congregación de los santos, diciendo:
Yo soy la Madre del amor hermoso,
del temor, de la ciencia y de la santa esperanza.

En mí está toda la gracia del camino y de la verdad,
en mí toda esperanza de vida y de virtud.

Venid a mí los que me amáis,
y saciaos de mis frutos;
mi nombre es más dulce que la miel,
y mi herencia mejor que los panales.

El que me come tendrá más hambre,
el que me bebe tendrá más sed.

El que me escucha no fracasará,
el que me pone en práctica no pecará.

Los que me honran obtendrán la vida eterna.

Salmo responsorial Sal 33, 10-11. 12-13. 14-15. 19-20.

V/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.

Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta a los que lo temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada.

Venid, hijos, escuchadme:
os instruiré en el temor del Señor.
¿Hay alguien que ame la vida
y desee días de prosperidad?

Guarda tu lengua del mal,
tus labios de la falsedad;
apártate del mal, obra el bien,
busca la paz y corre tras ella.

El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
Aunque el justo sufra muchos males,
de todos lo libra el Señor.

SEGUNDA LECTURA
Proceded guiados por el Espíritu

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas 5,16-25.

Hermanos: Proceded guiados por el Espíritu
y nunca cederéis a deseos rastreros.

Mirad, los objetivos de los bajos instintos
son opuestos al Espíritu
y los del Espíritu a los bajos instintos,
porque los dos están en conflicto.

Resultado: que no podéis hacer lo que quisierais.

En cambio, si os guía el Espíritu,
no estáis bajo el dominio de la Ley.

Las obras de la carne están patentes:
fornicación, impureza, libertinaje, idolatría,
hechicería, enemistades, contiendas, celos,
rencores, rivalidades, partidismo, sectarismo,
envidias, borracheras, orgías y cosas por el estilo.

Y os prevengo, como ya os previne,
que los que así obran no heredarán el Reino de Dios.

En cambio, el fruto del Espíritu es:
amor, alegría, paz,
comprensión, amabilidad, dominio de sí.
Contra esto no va la Ley.

O bien: 1 Cor 7, 25-34. (Del Común de Vírgenes, pág. 186)

EVANGELIO
El que cumple la voluntad de Dios,
ése es mi hermano y mi hermana y mi madre

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 3,31-35.

En aquel tiempo, llegaron la madre y los hermanos de Jesús, y desde fuera lo mandaron llamar.

La gente que tenía sentada alrededor le dijo: -Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan.

Les contestó: -¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?

Y paseando la mirada por el corro, dijo: -Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre.

O bien:

EVANGELIO
El Paráclito que enviará el Padre,
será quien os lo enseñe todo

Lectura del santo Evangelio según San Juan 14, 21. 26.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

El que me ama guardará mi palabra y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.

El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.

Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado; pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.

Oración sobre las ofrendas
Señor, te proclamamos admirable
en tu virgen santa Beatriz,
y humildemente rogamos a tu Divina Majestad
que, así como te complaces
en los méritos de esta virgen,
aceptes igualmente complacido
el culto que tu pueblo te tributa.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión Mt 25,6.
Que llega el esposo: salid a recibir a Cristo, el Señor.

Oración después de la comunión
Señor, fortalecidos con esta eucaristía,
te pedimos que, a ejemplo de santa Beatriz,
llevemos en nosotros
las señales de la muerte de Cristo,
y nuestra vida sea un esfuerzo continuo
por unirnos cada vez más a ti.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

LITURGIA DE LAS HORAS
DE SANTA BEATRIZ DE SILVA

Hacia el año 1424 nació en Ceuta, de padres portugueses. Sirvió como dama de honor a doña Isabel de Portugal, mujer de Juan II de Castilla. Huyendo de las insidias de la corte, se refugió en Toledo, y durante unos treinta años residió en Santo Domingo el Real. En los palacios de Galiana fundó un nuevo instituto que dedicó a la Concepción de Nuestra Señora, aprobado por Inocencio VIII en 1489. Murió en 1490 y la canonizó Pablo VI en 1976.

V Í S P E R A S

Himno

Oh Madre Beatriz, que desde el cielo
invitas a tus hijas a la fiesta,
desciende entre nosotras sin recelo,
convierte en gozo la añoranza nuestra.

Oh Madre Beatriz, flor de azucena,
cuando la luz del alba es dulce y tierna,
concédenos tu amor, tu paz serena,
radiante como el sol de tu pureza.

Oh Madre Beatriz, luz y hermosura,
trigal de Dios, viviente eucaristía,
concédenos el don de la ventura
de amar el pan de Dios que es Pan de vida.

Cantemos al Señor, Padre amoroso,
y al Hijo que a su amor a todos llama;
pidamos con deseo fervoroso:
Espíritu de Dios, ven a mi alma. Amén.

Salmodia

Ant. 1. La bienaventurada Beatriz, menospreciando el palacio real y unas bodas terrenas, contrajo con Cristo virginal matrimonio.

Salmo 112
Alabado sea el nombre del Señor

Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.

El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?

Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.

Ant. La bienaventurada Beatriz, menospreciando el palacio real y unas bodas terrenas, contrajo con Cristo virginal matrimonio.

Ant. 2. La bienaventurada Beatriz, para dedicar a Dios su corazón indiviso, profesó en el claustro una vida con Cristo, escondida en Dios.

Salmo 147
Acción de gracias por la restauración de Jerusalén

Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.

Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;

hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.

Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.

Ant. La bienaventurada Beatriz, para dedicar a Dios su corazón indiviso, profesó en el claustro una vida con Cristo, escondida en Dios.

Ant. 3. La bienaventurada Beatriz recibió de Dios copiosos tesoros de gracia, de sabiduría y prudencia.

Cántico de la Carta a los Efesios (1,3-10)
El Dios salvador

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas
del cielo y de la tierra.

Ant. La bienaventurada Beatriz recibió de Dios copiosos tesoros de gracia, de sabiduría y prudencia.

Lectura breve 1Jn 2,15-17.
No améis al mundo ni lo que hay en el mundo. Si alguno ama al mundo, no está en él el amor del Padre. Porque lo que hay en el mundo -las pasiones del hombre terreno, y la codicia de los ojos, y la arrogancia del dinero-, eso no procede del Padre, sino que procede del mundo. Y el mundo pasa, con sus pasiones. Pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

Responsorio breve
R/. Mi porción es el Señor, * Dice mi alma. Mi porción.
V/. Bueno es el Señor para el alma que le busca. * Dice mi alma. Gloria al Padre. Mi porción.

Magníficat, Ant. Santa madre Beatriz, tú, que despreciaste por el amor de Cristo el reino del mundo y todas las galas de este siglo, haz que nosotros glorifiquemos a Dios, el Señor, por los dones de su gracia, sin cesar, de palabra y de obra.

Cántico de la Virgen María
Alegría del alma en el Señor

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Magníficat, Ant. Santa madre Beatriz, tú, que despreciaste por el amor de Cristo el reino del mundo y todas las galas de este siglo, haz que nosotros glorifiquemos a Dios, el Señor, por los dones de su gracia, sin cesar, de palabra y de obra.

Preces

Invoquemos al Señor en esta hora del sacrificio vespertino para que, así como nos exhorta a velar constantemente, nos conceda la gracia de mantener siempre encendidas nuestras lámparas, en espera de la llegada del Esposo:
Enciende, Señor, en tu amor, los corazones de tus fieles.

Señor, que dijiste: «Yo soy la luz del mundo; quien me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida»,
-haz que procedamos siempre como verdaderos hijos de la luz en la fiel observancia de tu Evangelio.

Señor, que dijiste: «Es preciso trabajar mientras es de día, porque viene la noche, durante la cual no es posible seguir trabajando»,
-danos la gracia de aprovechar con diligencia el tiempo de nuestra vida mortal, realizando fiel y devotamente todas nuestras actividades.

Señor, que dijiste: «Velad y orad, porque no sabéis el día ni la hora»,
-consérvanos constantemente atentos a las inspiraciones de tu gracia, dispuestos en todo momento para las bodas eternas.

Señor, que dijiste: «Resplandezca vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre del cielo»,
-ayúdanos con tu gracia, a fin de que nos sintamos vivamente responsables del testimonio que con nuestra vida debemos dar al mundo.

Señor, que iluminaste la frente de tu sierva santa Beatriz con una fúlgida estrella en el ocaso de su vida,
-concédenos que la luz perpetua de la visión beatífica alumbre en el cielo a nuestros hermanos difuntos.

Padre nuestro.

Oración
Oh Dios, que has distinguido a santa Beatriz de Silva por su altísima contemplación y su amor a la Concepción Inmaculada de María, concédenos, por su intercesión, vivir en inocencia, buscar las cosas de arriba y gozar de la dicha del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.

* * *

INVITATORIO

Ant. Venid, adoremos al Cordero, al Esposo acompañado por el cortejo de vírgenes.

L A U D E S

Himno

Sin tilde en fe y en amor:
así nos quiere el Señor.

Amor y fe de Abrahán,
fe y amor de Beatriz:
los hijos de tal raíz
amados de Dios serán.

Abrahán dejó su casa,
y Beatriz su palacio:
con Dios no andemos despacio,
entreguémonos sin tasa.

Abrahán y Beatriz
vivieron del sacrificio:
en ofrendarse está el quicio
de abrirse libre y feliz.

Hijos en la noche bella
a Abrahán promete Dios:
un cielo blanco va en pos
de Beatriz y su estrella.

A Dios, Padre creador,
Palabra santificante,
Espíritu iluminante,
siempre gloria, honra, amor. Amén.

Salmodia

Ant. 1. Ésta es la virgen sensata, una del número de las prudentes: con su lámpara encendida velaba para el Señor desde el amanecer, en la oración y en la penitencia.

Salmo 62
El alma sedienta de Dios

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Ant. Ésta es la virgen sensata, una del número de las prudentes: con su lámpara encendida velaba para el Señor desde el amanecer, en la oración y en la penitencia.

Ant. 2. Ésta es la virgen sensata que, contemplando la bondad de Dios en sus criaturas, nunca cesaba de alabar al Creador por todas sus obras.

Cántico de los tres jóvenes
Toda la creación alabe al Señor

Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Angeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

Ant. Ésta es la virgen sensata que, contemplando la bondad de Dios en sus criaturas, nunca cesaba de alabar al Creador por todas sus obras.

Ant. 3. Ésta es la virgen sensata que, perseverando en el camino de la renovación de su vida, entonaba al Señor el cántico nuevo. Aleluya.

Salmo 149
Alegría de los santos

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Ant. Ésta es la virgen sensata que, perseverando en el camino de la renovación de su vida, entonaba al Señor el cántico nuevo. Aleluya.

Lectura breve Pr 8, 12 14. 18.
Yo, la sabiduría, soy vecina de la sagacidad y busco la compañía de la reflexión. Yo poseo el buen consejo y el acierto, son mías la prudencia y el valor. Yo traigo riqueza y gloria, fortuna copiosa y bien ganada.

Responsorio breve
R/. Oigo en mi corazón: * Buscad mi rostro. Oigo.
V/. Tu rostro buscaré, Señor. * Buscad mi rostro. Gloria al Padre. Oigo.

Benedictus, Ant. Santa virgen Beatriz, esposa de Cristo, madre y maestra de numerosas vírgenes: mereciste unirte ya para siempre con el Esposo celestial; intercede por nosotros ante el Señor, para que se digne dirigir nuestros pasos por el camino de la paz y de la santidad.

Cántico de Zacarías
El Mesías y su Precursor

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Benedictus, Ant. Santa virgen Beatriz, esposa de Cristo, madre y maestra de numerosas vírgenes: mereciste unirte ya para siempre con el Esposo celestial; intercede por nosotros ante el Señor, para que se digne dirigir nuestros pasos por el camino de la paz y de la santidad.

Preces

Unidos en común oración, en esta liturgia matutina, invocamos a Cristo, candor de la luz eterna y esplendor de la substancia del Padre, para que nos ayude a servirle en santidad y justicia durante todos los días de nuestra vida:
Santifica, Señor, a tu pueblo.

Cristo Señor, estrella de Jacob, sol de justicia, que quisiste hacerte preceder de María Inmaculada, concebida sin pecado, como aurora de la redención y estrella de la mañana, esplendente entre nieblas,
-ilumínanos con el esplendor de tu doctrina entre las tinieblas de este destierro.

Cristo, renovador del mundo, que escogiste, llamaste y preparaste bajo tu divino magisterio a tus apóstoles y a tus discípulos más íntimos para que fueran sal de la tierra y luz del mundo,
-asístenos con tu gracia, para que la sal no se corrompa y la luz no pierda su fuerza clarificadora.

Cristo, único Esposo de las vírgenes consagradas, que en la frente de tu fiel esposa santa Beatriz hiciste brillar una simbólica estrella en el momento en que llegaba a las nupcias celestiales,
-concédenos que resplandezca siempre en nuestra vida la luz de tu rostro.

Cristo, que nos exhortaste a velar sin descanso con las lámparas encendidas, viviendo sobria, justa y piadosamente en la ansiosa espera de la llegada del Esposo,
-convierte este día para nosotros en una jornada luminosa de amor, oración y laboriosidad vigilante.

Por la intercesión de tu esposa santa Beatriz, que, como virgen sabia y prudente, buscó sin cesar, en el retiro de la vida contemplativa, la luz y el calor de la verdadera sabiduría,
-haz que progresemos de claridad en claridad, buscando el espíritu del Señor y su santa operación en todas nuestras tareas y ocupaciones.

Padre nuestro.

Oración
Oh Dios, que has distinguido a santa Beatriz de Silva por su altísima contemplación y su amor a la Concepción Inmaculada de María, concédenos, por su intercesión, vivir en inocencia, buscar las cosas de arriba y gozar de la dicha del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.

NOTA TÉCNICA: Si desea descargar los «TEXTOS DE LA MISA Y DE LA LITURGIA DE LAS HORAS DE SANTA BEATRIZ DE SILVA» en formato pdf, pulse aquí.

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