DIRECTORIO FRANCISCANO
ENCICLOPEDIA FRANCISCANA

HERMANAS FRANCISCANAS DE LA INMACULADA
Congregación religiosa de derecho pontificio fundada en Valencia el año 1876
por la madre Francisca Pascual Domenech.
Fue agregada a la Orden Franciscana (O. F. M.) en 1926

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I) BREVE RESEÑA HISTÓRICA DE LA CONGREGACIÓN

LA FUNDADORA:
MADRE FRANCISCA PASCUAL DOMENECH

Francisca Pascual nació en Moncada (Valencia, España) el 13 de octubre de 1833, en el seno de una familia humilde de labradores, cuya economía pronto tuvo que apoyar Francisca con su trabajo. Sus padres se llamaban Jaime Pascual Bó y Mariana Domenech Montagud. De joven se empleó en una fábrica de hilado de seda en Valencia, a la que tenía que acudir diariamente, junto con otras jóvenes de Moncada; a la intensa jornada laboral se unía el doble recorrido a pie de los 7 Km que separan el pueblo de la capital. Así experimentó la dureza del trabajo y la marginación que sufría la mujer trabajadora. Esta experiencia la preparó y abrió para su proyecto de vida posterior. Luchó por mejorar sus condiciones de trabajo y las de sus compañeras, a las que ofreció la alternativa de residir en Valencia alquilando un piso para vivir de lunes a sábado.

Entre tanto intuyó que Dios la llamaba a la vida religiosa; acudió primero a las religiosas Adoratrices y más tarde, ante la limitación que le suponía su propia situación económica, al Beaterio de Terciarias de San Francisco de Asís, que existía en la calle Renglons (hoy, Arzobispo Mayoral) de Valencia desde antes del siglo XIII, en el que ingresó a los 30 años de edad. Allí se observaba la regla de los franciscanos seglares y Francisca vivió consagrada a la oración y a la caridad. Ella aportaba al grupo una personalidad sencilla, humilde y prudente, por lo que sus compañeras no tardaron en elegirla responsable de aquella fraternidad. La experiencia de la misericordia de Dios tomó en Francisca una fuerza especial. Sintió cómo el Señor se volcaba lleno de misericordia sobre ella, e intuyó que también ella debía volcarse sobre el hermano necesitado. Y la misericordia de Dios la llevó a abrir las puertas del beaterio, a hacer realidad su proyecto de vida fraterna y a tratar de remediar las necesidades más apremiantes de su época. Pronto se sintió llamada a organizar el beaterio de manera que se viviese una vida común en todos los aspectos, cosa que cuando ella ingresó no existía, ya que cada una de las terciarias organizaba su vida tanto de oración como de trabajo de forma individual. A Francisca este estilo de vida no le parecía el más conforme al carisma franciscano, y propuso a sus compañeras fundar una congregación en la que se estableciera la vida común tal como la concibió san Francisco para sus seguidores. La mayoría de las terciarias aceptó la propuesta, el arzobispo de Valencia, Mariano Barrio, aprobó sus nuevas constituciones y el 27 de febrero de 1876 comenzaron a llevar vida en común y a dedicarse a nuevos apostolados. Empezaba así como congregación de derecho diocesano la Congregación de Religiosas Terciarias Franciscanas de San Francisco de Asís y de la Inmaculada Concepción, hoy Congregación de Hermanas Franciscanas de la Inmaculada. Más tarde, el 9 de abril de 1902, obtuvo de la Santa Sede la aprobación definitiva de las constituciones y la condición de congregación de derecho pontificio.

El sueño de Francisca se concretaba en crear una fraternidad sencilla, alegre y solidaria, inserta en medio de la vida de los hombres y mujeres de su pueblo y de su tiempo, donde se cuidara la promoción y dignidad de la mujer obrera, el cuidado de la niñez creando "guarderías" para formar a las niñeras, cocinas económicas, escuelas dominicales y nocturnas, asilos-hospitales para ancianos y enfermos necesitados; los esfuerzos de las hermanas tendrían que dirigirse de modo especial a la educación de niñas y señoritas, dando prioridad a las que no tenían recursos, y a la educación de niños y niñas sordomudos y de ciegos.

La madre Francisca Pascual murió el 26 de abril de 1903 en Moncada, en el noviciado que ella misma había fundado. Recientemente se inició en la diócesis de Valencia el proceso de su beatificación, que actualmente (2011) se encuentra ya en Roma. A su muerte, la madre Francisca dejaba establecida la congregación en las provincias de Valencia, Alicante, Salamanca, Cáceres y Teruel, y, en trámite, Madrid y Barcelona, con un total de 29 casas y más de doscientas hermanas.

PERIODO DE 1903 A 1916:
MADRE SILVINA DE SANTA TERESA

A la madre Francisca le sucedió al frente de la congregación la madre Silvina de Santa Teresa (Silvina Roca Pons), quien gobernó el instituto durante 13 años, desde 1903 hasta 1916. Durante su mandato, la congregación se clasificó, el 7 de septiembre de 1912, como Institución de Beneficencia Particular. Este es un dato importante; en él se resalta la opción por el bien y la inserción social en los aspectos de mayor marginación, dando respuesta a aquellas necesidades más acuciantes de los pobres de su tiempo. Las fundaciones realizadas en el periodo de la madre Silvina fueron 8, en las siguientes provincias españolas: Valencia, Barcelona, Madrid, Teruel, Alicante (Fontilles, 1909) y Zaragoza.

PERIODO DE 1916 A 1928:
MADRE MARÍA DEL CORAZÓN DE JESÚS

En 1916 fue elegida superiora general la madre Dolores del Espíritu Santo (Alberola Reig), quien después de un breve periodo de seis meses presentó su renuncia. Fue entonces elegida superiora general la madre María del Corazón de Jesús (Aro Gálvez), la cual gobernó la congregación desde el año 1916 hasta 1928. Al final de su gobierno, la congregación estaba sólidamente enraizada en la sociedad civil y en la Iglesia como una fraternidad en la que el crecimiento espiritual y la proyección apostólica a favor de los más pobres era la principal preocupación de las hermanas.

Entre los datos a destacar de este periodo se encuentran:

a) La creación de la Escuela Normal de la Purísima para Religiosas Terciarias Franciscanas, que otorgaba titulación a las religiosas y cuya sede estaba en la propia casa general. Esta escuela se creó el año 1921.

b) La agregación del Instituto a la Orden franciscana, tal como consta en el rescripto apostólico del 19 de junio de 1926; en consecuencia, la Congregación goza de todos los privilegios de la Orden franciscana referidos a la liturgia, indulgencias, etc.

c) La fundación de casas en las provincias de Madrid (Colegio Nacional de Sordomudos y Ciegos, 1916), Alicante, Valencia, Málaga, Zaragoza y Burgos.

PERIODO DE 1928 A 1938:
MADRE AMELIA DE JESÚS FERRAIRÓ MIÑANA

En 1928 fue elegida superiora general la madre Amelia de Jesús Ferrairó. Fue la primera superiora general que fundó casas fuera de España. Fueron tres y respondían a una profunda intuición por su parte en aquellos momentos tan conflictivos por los que pasaba España; si bien era doloroso dejar aquí familia y patria, sin embargo fundar en otros países suponía asegurar la vida de la congregación. Estas fueron las fundaciones: Chile en 1931, Portugal en 1933 y Perú en 1936. Así, cuando en 1936 estalló la guerra civil española y la mayoría de las hermanas tuvieron que dispersarse, quedaron llevando vida normal las comunidades de América y Portugal; también pudieron hacerlo en España las comunidades de Zaragoza, Coria, Lagunilla, Burgos y Teruel, que se encontraban en la zona que se denominó "nacional". La Nunciatura Apostólica nombró para un gobierno provisional a la superiora de Zaragoza, la madre Dolores de la Virgen Dilla Pallarés. La madre Amelia falleció el 21 de diciembre de 1938 en Gandía (Valencia).

PERIODO DE 1939 A 1951:
MADRE EULALIA DEL SAGRARIO GARCÍA GUILLÉN

En 1939, al terminar la guerra civil de España, se convocó capítulo general en el que se eligió para superiora general a la madre Eulalia del Sagrario García, que fue la gestora indudable de la reconstrucción de la congregación. Era una mujer emprendedora, inteligente y tenaz. Conocía bien a las hermanas, así como las necesidades, limitaciones y posibilidades de la congregación. Era también una mujer fuerte, con gran capacidad organizativa y una fuerte autoridad sobre las hermanas. Y era el momento de canalizar esfuerzos y optar por unas tareas dejando otras. Ni entonces ni ahora todas las hermanas juzgan con los mismos criterios. Pero hay momentos en los que tomar decisiones arriesgadas, e incluso incomprendidas, es cuestión inaplazable. Esa coyuntura le tocó a la nueva superiora general y a su consejo, bajo el lema de madre Eulalia: "Tu Providencia y mi fe mantendrán la casa en pié".

El largo periodo de este gobierno se caracteriza por la reconstrucción de gran parte de las comunidades de España, reconstrucción material y fortalecimiento vocacional. Fueron años duros y difíciles, en los que la alegría, la esperanza, la abnegación y la comunión de bienes se convirtieron en signos clave de la reconstrucción que se estaba haciendo. Es cierto que la situación era difícil e incierta, las hermanas se encontraban dispersas y las casas destruidas en gran parte. Y empezó entonces la labor de reconstrucción que duraría prácticamente hasta el año 1950. De las 59 casas que se tenía antes de la guerra, 17 quedaron inutilizadas. Tres hermanas fueron asesinadas en la guerra civil: Sor Fermina de la Purísima (Emilia Lluch Revert), Sor Angélica de San Antonio (Antonia Aparisi Peiró) y Sor Celia de Jesús Crucificado.

La reconstrucción se fue realizando sobre tres pilares, que son los mismos siempre, pero que, por considerarlos de suma importancia, queremos resaltarlos:

a) La Providencia de Dios, en quien las hermanas confían incondicionalmente para emprender nuevas obras y lanzarse a nuevas empresas.

b) La abnegación y humildad de las hermanas, que vivieron momentos de real carestía y austeridad con alegría y sencillez, siendo este su principal testimonio de vida. Hubo hermanas, cuya abnegación humilde y natural, fue la razón de no pocas vocaciones; son ellas las que mantuvieron la congregación, material y espiritualmente.

c) La colaboración generosa de muchos laicos, que veían en las obras que realizan las hermanas la solución a muchas de las necesidades sociales.

Durante el sexenio de 1945 a 1951 siguió gobernando la congregación la madre Eulalia. Este periodo fue un tiempo de fortalecimiento y de mayor tranquilidad. La congregación iba tomando fuerza y las hermanas encontraban en su vocación un medio inmejorable de hacer el bien y de amar a los pobres, en medio de una sociedad que sufría los estragos de una guerra civil y una guerra mundial. Se continuó la restauración de los edificios, ampliándolos para otros objetivos vitales y profundos como la adecuación a las exigencias pedagógicas. La enseñanza especial de sordos y ciegos y la atención a los leprosos se consideraron durante muchos años como el carisma y el apostolado prioritario de la congregación. Esto generó muchos roces entre las hermanas que se dedicaban a estas misiones y las otras, principalmente las de los colegios de educación común, sobre quienes pesaba más la exigencia estatal y oficial, y sufrían un menor reconocimiento por parte de la congregación.

La madre Eulalia y la madre María del Salvador, secretaria general, realizaron en este periodo la visita canónica a las casas de Chile y Perú, y quedaron impactadas por la vida que llevaban las hermanas en América. Una vida marcada por la generosidad, la alegría y la sencillez. Las comunidades de Chile y Perú se habían abierto a cuantas necesidades encontraban y su relación con la gente era abierta y acogedora.

En este tiempo se fueron perfilando los rasgos del carisma que han ido evolucionando a lo largo de la historia. Y si de algo podemos estar seguras es de que la congregación ha buscado siempre la misericordia amable y sencilla. La insistencia de todos los gobiernos generales ha sido el trato delicado y generoso con los demás, el mantener las puertas abiertas, el vivir con naturalidad y confiar sencillamente en la Providencia de Dios.

Entre las fundaciones de este periodo cabe destacar las que se hicieron en Perú y Portugal.

PERIODO DE 1951 A 1957:
MADRE PILAR FRANCO MARTORELL

El 8 de setiembre de 1951, con el XII capítulo general ordinario, celebrado bajo la presidencia del P. Joaquín Sanchis, OFM, se inició un nuevo periodo en la historia de la congregación. Fue elegida como superiora general la madre María Pilar Franco. La madre Pilar fue la hermana y madre, testimonio sencillo y significativo de lo que debe ser una hermana menor de estilo franciscano. Entramos en un tiempo de mayor estabilidad económica y social. Y a la vez, un tiempo de cierta tendencia a la relajación en el trabajo espiritual, personal y comunitario. Después del gran esfuerzo de la reconstrucción, vino, como algo natural, un compás de espera, un momento de descanso, que se tradujo en un esfuerzo mayor por la vitalidad espiritual y la expansión vocacional. Fue el momento de mayor número de vocaciones. Cada tiempo lleva en sí mismo un peligro y una esperanza. Aquí el peligro era la relajación. Y la esperanza, el encontrar en la bonanza una dimensión más evangélica y más fraterna: la delicadeza de espíritu, la misericordia y el discernimiento común. Si algo caracterizó este momento fue precisamente el ambiente familiar, la relación de minoridad entre las hermanas y la preocupación por la sencillez y el servicio humilde.

La madre María Pilar puso empeño en la descentralización de la congregación, fruto de su experiencia americana. En su sexenio se nombraron los equipos de delegadas y consejos para Perú y Chile. Estas delegaciones se creaban sólo para los asuntos referentes al régimen interior de las comunidades, combinaciones del personal, disciplina y reglamento de los colegios, asuntos con los Ministerios e Inspecciones de Educación y Beneficencia y otros asuntos similares, en los que, por la urgencia del caso, no podía aplazarse la solución. Para los asuntos de mayor trascendencia, las delegadas y sus consejeras debían recurrir siempre al gobierno general.

También se hicieron varias fundaciones: algunas en España, dos en Perú (una de ellas para noviciado), otras dos en Venezuela y una en Puerto Rico.

PERIODO DE 1957 A 1965:
MADRE EULALIA DEL SAGRARIO GARCÍA GUILLÉN

En el XIII capítulo general de la congregación, celebrado el año 1957, fue elegida superiora general, por tercera vez, la madre Eulalia del Sagrario García. En este periodo se realizaron muchas obras de acuerdo con las exigencias pedagógicas y las necesidades de las hermanas. La vida espiritual se situó en el centro de toda actividad y era entendida principalmente como la gratitud hacia Dios, motor de nuestra vida y Padre amoroso que cuida de la congregación. Gratitud que se manifestaba en la búsqueda de tiempo para la oración personal y comunitaria, en la observancia fiel de las constituciones y normas, y en la práctica de la caridad. La congregación sentía la necesidad de abrirse a las nuevas exigencias, tanto sociales como eclesiales, unas veces forzada por las circunstancias y otras aceptando la renovación como un bien que se debe acoger.

En noviembre de 1963 se nombraron dos visitadoras para las casas de América y de Europa, era un paso hacia la descentralización de la congregación. La necesidad de un gobierno subsidiario y corresponsable se iba haciendo patente, aunque se tardaría todavía más de 20 años en llevar a efecto la división en provincias.

El capítulo de 1963 reeligió a la madre Eulalia como superiora general, reelección que ella aceptó con ganas de servir al instituto, confiada en Dios y en las hermanas. Sin embargo, no sería por mucho tiempo, pues sus fuerzas empezaron a flaquear y a los dos años tuvo que presentar su renuncia al cargo. Se convocó un capítulo extraordinario de elecciones y con su celebración terminó esta etapa, que podríamos llamar de restauración, y comenzó una etapa diferente, la de la renovación marcada por el Concilio Vaticano II.

PERIODO DE 1965 A 1977:
MADRE PAZ PALOMERO CARDIEL

En el capítulo extraordinario de 1965 fue elegida superiora general la madre Paz Palomero. Se iniciaba una nueva etapa en la congregación, se respiraban otros aires en el interior de la Iglesia y en la sociedad. Fueron momentos importantes y significativos que marcaron la historia universal y, por consiguiente, nuestra congregación. Fue un cambio originado no sólo por el devenir interno nuestro sino principalmente por los aires nuevos y profundos del Concilio Vaticano II. Esta etapa duró prácticamente hasta 1980, y en ella la congregación se abrió una vez más a otras perspectivas. La actualización profesional y teológica de las hermanas fue uno de los objetivos más importantes y necesarios de aquel momento. Empezamos a estudiar teología y espiritualidad como algo esencial a nuestra vida. Y esta formación se exigía también a las novicias y junioras.

Un hito importante fue la celebración del capítulo general extraordinario para la renovación y adaptación de las constituciones, que se realizó en septiembre de 1968. Las comunidades tomaron conciencia de la vocación fraterna y menor propia de la espiritualidad franciscana, y de la opción más nítida por el evangelio, priorizando la encarnación en los lugares donde estaban insertas las casas. Fue el momento en el que se empezó a plantear de forma insistente la opción por los pobres y la opción por un estilo de vida fraterno, sencillo y más familiar.

En el capítulo general de 1971 fue reelegida la madre Paz Palomero para un segundo sexenio. En dicho Capítulo se aprobaron dos fundaciones importantes por lo que suponen de radicalidad, inserción y compromiso con los más pobres. Son la fundación de la India para atender a los leprosos y la fundación de Mazamari en la selva peruana, en el vicariato de San Ramón.

En 1974 se celebró la primera asamblea general de la congregación; el capítulo de 1971 había acordado que se celebrara tres años después del mismo y que tuviera carácter informativo y consultivo. Su finalidad era ayudar al consejo general en el gobierno de la congregación con sugerencias y observaciones. El tema central de la asamblea fue el de la renovación de nuestra vida consagrada, renovación que se centró en el cambio de mentalidad respecto de algunos temas esenciales a nuestra vida como son la formación, la vida fraterna, los votos, el estilo de gobierno, la opción apostólica, etc.

En este periodo se celebró el centenario de la congregación. Fue un acontecimiento de acción de gracias, de animación mutua y de renovación. Se inició en abril de 1975 y se clausuró con un triduo de fiestas desde el 24 al 26 de abril de 1976.

PERIODO DE 1977 A 1989:
MADRE MARÍA LUZ MORA DIEZ

En el capítulo general de 1977 fue elegida superiora general la madre María Luz Mora. La congregación entró en una etapa de reflexión y estudio del carisma y de su opción vocacional, actualizándose en todos los niveles. Es de destacar el esfuerzo que hizo el gobierno general para que la renovación fuera efectiva en todas las dimensiones y llegase a todas las hermanas. A tal fin se crearon tres comisiones: Vida Religiosa, Enseñanza y Obras Sociales. Eran los primeros pasos hacia la organización de la congregación desde una óptica más corresponsable y fraterna.

El año 1980 se celebró un capítulo extraordinario para renovar las constituciones y el directorio. Antes, para prepararlo, se designó una comisión precapitular en la que se buscó que estuvieran representadas todas las realidades de la congregación y la cualificación técnica para dicha tarea. La comisión estuvo permanentemente asesorada por el cardenal Carlos Amigo, OFM, entonces arzobispo de Tánger, y el P. Saturnino Ara, OFMCap, canonista. Se logró que toda la congregación realizara un estudio profundo de las constituciones y directorio. El documento ofrecía, por su lenguaje sencillo y su contenido preciso y evangélico, la oportunidad de abrirse a nuevas maneras de ver la vida religiosa y de afrontar nuestra propia vida y misión desde la perspectiva evangélica de los pobres. En todas las hermanas se despertó el deseo de profundizar en el carisma de otra manera que la tradicional. Esto fue, seguramente, lo más significativo y lo que ayudó a aceptar el proceso de renovación que la congregación estaba necesitando urgentemente. Un hecho importante y no exento de dificultad fue la definición del carisma como " una opción por el bien". Hasta entonces se definía como la dedicación preferente a los sordos, ciegos y leprosos. Las propuestas o líneas espirituales más significativas emanadas del capítulo fueron las siguientes:

1) El seguimiento de Jesucristo y su programa de las bienaventuranzas, razón de ser de nuestra vida.

2) La vida religiosa, una forma de dar esperanza al mundo. Necesaria inculturación e integración en la realidad de la humanidad.

3) La formación permanente, un proceso de conversión y lectura creyente de la realidad. Signos de los tiempos.

4) La oración entendida como contemplación de la vida desde Dios, superando el aspecto cultual.

5) La inculturación en la misión y vida, como rasgo esencial para una vida en fidelidad.

6) La penitencia, como referencia a la conversión, la renovación, el cambio de mentalidad que permite la construcción del Reino.

7) Un estilo de gobierno más fraterno y en consenso: corresponsabilidad, minoridad y subsidiariedad.

8) La vocación principal de las hermanas: crear fraternidad.

Entre los años 1978 y 1984 surgieron comunidades de inserción que buscaban vivir la fraternidad "franciscana de la Inmaculada" con un proyecto de vida evangélica inserta en medio de la gente, con preferencia entre los más pobres y marginados.

Entre los acontecimientos importantes de este periodo destacamos: a) el seminario de formación, celebrado en Caracas en julio de 1985, elaboró el primer plan de formación conjunto para toda la congregación.- b) La asamblea general de 1986 se centró en tres aspectos: la formación de las hermanas, la vida fraterna y la estructuración general de la congregación.- c) El cincuentenario de la fundación de Perú celebrado en 1986.

El sexenio de 1983 a 1989 fue trascendental para la congregación por su estructuración en demarcaciones. El Decreto de erección, de fecha 8 de septiembre de 1987, constituyó 7:

1) Provincia de Nuestra Señora de los Desamparados, con sede en El Vedat (Torrente). Abarca el territorio de Valencia, Alicante y Baleares. Patrona: Nuestra Señora de los Desamparados. Hermanas adscritas 216.

2) Provincia de Santa María, con sede en Madrid. Abarca el territorio de Aragón, Andalucía, Castilla y Extremadura. Patrona: Santa María. Adscritas 83 hermanas.

3) Provincia de Santa Rosa de Lima, con sede en Lima. Abarca el territorio de Perú. Patrona: Santa Rosa de Lima. Adscritas 41 hermanas.

4) Viceprovincia de Nuestra Señora del Carmen, con sede en Santiago de Chile, y dependiente del gobierno general. Abarca el territorio de Chile. Patrona: Ntra. Sra. Del Carmen. Adscritas 18 hermanas.

5) Viceprovincia de Santa María de los Ángeles, con sede en Caracas, y dependiente del gobierno general. Abarca el territorio de Venezuela y Puerto Rico. Patrona: Santa María de los Ángeles. Adscritas 20 hermanas.

6) Delegación de Nuestra Señora de Fátima, con sede en Oporto, y dependiente del Gobierno General. Abarca el territorio de Portugal. Patrona: Ntra. Sra. de Fátima. Adscritas 21 hermanas.

7) Delegación de Nuestra Señora de la Salud, con sede en Bangalore, y dependiente del Gobierno General. Abarca el territorio de la India. Patrona: Ntra. Sra. de la Salud. Adscritas 26 hermanas.

PERIODO DE 1989 A 2001:
HERMANA VICENTA SEBASTIÁN MONTERDE

De 1989 a 2001, la congregación hizo un esfuerzo serio por la renovación, la inserción y la recuperación de la identidad franciscana. El estudio del carisma ocupó lo mejor de nuestros esfuerzos y podemos decir, sencillamente, que los dos sexenios han supuesto para todas las hermanas un tiempo de gracia y esperanza, que indudablemente influirá en las opciones futuras. Además, fue una nueva etapa de gobierno, más corresponsable y subsidiario, tanto a nivel del mismo gobierno general como en sus relaciones con los gobiernos de las demarcaciones. El objetivo general, plasmado en el plan del sexenio: Evangelizar desde la Fraternidad, señalaba como opción prioritaria el conseguirlo creando comunión solidaria desde la inculturación misericordiosa y con el apoyo de una formación intensa.

Para la puesta en marcha del plan se crearon comisiones base:

Revisión de obras, con el proyecto En medio del mundo y el objetivo Adecuar nuestras obras a las necesidades del mundo de hoy.

Formación permanente, con el proyecto Centro de Espiritualidad y Desiertos y el objetivo Animación de la vida fraterna, formación desde la vida y para la vida.

Pastoral juvenil vocacional, con el proyecto Venid y ved y el objetivo Fomentar fraternidades referenciales, como alternativa de vida para el joven. Este proyecto fue la base de lo que hoy llamamos Proyecto Madre Francisca y de la centralidad que estamos queriendo dar a los laicos.

Economía, con el proyecto Economía para la Solidaridad y el objetivo Compartir solidariamente, concibiendo la economía como medio de vivir solidario, mentalizándonos para garantizar la auténtica y total comunicación de bienes y manejando esquemas comunes en la administración de los bienes de tal manera que nuestra economía tenga criterios evangélicos y actuales. De ahí surgiría la ONGD «ECOSOL».

En 1995 se inició un nuevo sexenio con el objetivo Para la Vida del Mundo como medio para dar cauce a todos proyectos que pueden llevarnos a tener vida y darla en abundancia. El esfuerzo del gobierno general y de las hermanas se centró principalmente en cinco objetivos, ampliamente apoyados por las demarcaciones:

1) La puesta en marcha de medios de comunión entre las demarcaciones, con el proyecto de equipos intercontinentales.

2) La expansión del carisma, en nuevas fundaciones.

3) La colaboración y comunión con los laicos.

4) La celebración del centenario de la congregación, como medio privilegiado de profundización en el estudio del carisma.

5) La causa de beatificación de la madre Francisca.

Además, durante el sexenio 1995- 2001 se consolidó la realización de algunos proyectos encaminados a ahondar y vitalizar la inserción de la misión y la misericordia en nuestra vida:

1) Revisión de obras, con el objetivo de renovarlas adecuadamente desde las exigencias del Evangelio y las necesidades actuales, potenciando la misión evangelizadora desde la complementariedad y la participación corresponsable de hermanas y laicos.

2) Proyecto Frontera, una experiencia de misión en lugares de mayor pobreza, tanto de forma continuada como en momentos especiales, con el objetivo de establecer nuevas presencias misioneras que anuncien el Evangelio entre los pobres desde una experiencia de comunión, minoridad y solidaridad. Este proyecto se ha hecho realidad en las fundaciones de Kapsabet en Kenya (África) y Santa Rosa de Copán en Honduras (América).

3) "Misión Paz y Bien", con el objetivo de vivir en comunión y solidaridad la formación permanente, en tiempos especiales de formación desde una experiencia de misión en lugares de mayor pobreza.

4) "Fraternidades por el Bien", que pone el acento en el tema del voluntariado y la relación con los laicos, y subraya el objetivo de compartir el carisma y la misión evangelizadora, siendo signos visibles y eficaces de comunión fraterna, desde la complementariedad y la disponibilidad, para el servicio del hombre de hoy.

PERIODO DE 2001 A 2007:
HERMANA CARMEN PONS MARTÍ

En este sexenio se ha insistido en fortalecer nuestra presencia en lugares nuevos de misión que respondan mejor a las exigencias evangélicas y a las necesidades actuales del mundo. Uno de los objetivos prioritarios ha sido buscar medios para ir caminando hacia la consecución de unas fraternidades más vivas y en comunión con los laicos.

Asimismo, han surgido los consejos plenarios, integrados por el gobierno general y las superioras mayores, que se reúnen anualmente con el deseo de una mayor corresponsabilidad en la marcha de la congregación, agilizando y simplificando así el ejercicio de gobierno a través del discernimiento conjunto.

Por otra parte, se han producido cambios en la estructura de la congregación: la delegación de Portugal se ha fusionado con la provincia de Santa María en 2002; la viceprovincia chilena de Nuestra Señora del Carmen se ha fusionado con la provincia peruana de Santa Rosa de Lima en 2002; en mayo de 2003 se ha constituido ad experimentum la provincia de la India de Nuestra Señora de la Salud; Santa Rosa de Copán en Honduras se ha integrado en la de la provincia de Santa María; Kapsabet en Kenya se ha integrado en la provincia de Nuestra Señora de los Desamparados; la casa de Roma se ha integrado en la provincia de Nuestra Señora de la Salud en 2006.

Además, se ha asumido la experiencia de misión inter-congregacional de Tánger (Marruecos) con la congregación de las Franciscanas Misioneras de la Inmaculada Concepción y la provincia de Santa María.

Los laicos están más implicados en la misión compartida a través de las Fraternidades Madre Francisca y el Voluntariado. En Perú ha surgido una Asociación Laical Madre Francisca, sin vínculos jurídicos y con un pequeño y sencillo reglamento de convivencia y funcionamiento, en el que lo más importante es el deseo común de vivir y expansionar el carisma de la madre Francisca en medio de su entorno.

II) PRINCIPIOS CARISMÁTICOS

Las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada somos una fraternidad menor que, desde una experiencia misericordiosa y gratuita de Dios, queremos vivir el misterio de la Concepción Inmaculada de María en continua opción por el BIEN y la plena fidelidad a Dios y a los hermanos ( Const. 3). Como la madre Francisca, manifestamos esta opción por el bien en las actitudes evangélicas de alegría, humildad, disponibilidad, acogida y agradecimiento, abiertas siempre a las manifestaciones de Dios en los acontecimientos de la historia. Nuestra fidelidad a Dios nos lleva a vivir en la Iglesia y al servicio de los hermanos en fraternidad, desde la opción por los pobres, con una presencia misericordiosa, siguiendo a Cristo pobre, asumiendo la vida de los hombres de hoy con sus angustias y esperanzas, y ayudándolos a ser artífices de su propia liberación.

III) PRESENCIAS Y CAMPOS APOSTÓLICOS

La congregación, animada por el espíritu de la madre Francisca y su proyecto de vida, sigue trabajando, convirtiendo en realidad sus palabras: Haced siempre el bien, estando dispuestas a vivir en cualquier parte del mundo ayudando a las personas a ser artífices de su propia liberación, expansionando el amor de Dios a todas las gentes, porque el amor de Dios que no se expansiona en el prójimo sería una tragedia (Cf. M. Francisca). Hoy las hermanas trabajan en la promoción cristiana, humana y social del hombre, atendiéndole en su dimensión más profunda. La congregación, que ya ejercía su apostolado en España, Portugal, Italia, Puerto Rico, Venezuela, Perú, Chile y la India, en el tercer milenio se ha extendido por África, Honduras y Colombia.

La evangelización se desarrolla especialmente en los campos de la educación: regular, sordos, ciegos y plurideficientes; la sanidad: los enfermos de lepra; la acción social: asistencia a ancianos; la pastoral en zonas rurales: animación de comunidades cristianas...; otras acciones sociales o cualquier necesidad urgente de la Iglesia: pastoral penitenciaria, Cáritas, etc.

La misión evangelizadora la centramos en unas líneas esenciales como estas: la misión desde la fraternidad solidaria, la inculturación desde la contemplación y la inserción, la comunión con los laicos en la misión, la formación para la vida y misión. Esto nos exige: un estilo profético de vida, una decisión clara de entrega solidaria, una expansión creativa de los valores de nuestra consagración: fraternidad-minoridad-misericordia.

Estamos convencidas de que nuestra presencia evangelizadora en el mundo no puede darse sino desde la comunión fraterna, siendo signos evidentes de la comunión que anhelamos y viviendola con todos los laicos que trabajan con nosotras, empeñados en construir juntos el Reino desde nuestras obras al servicio del hombre de hoy.

La congregación, como fraternidad, se quiere abrir a todas aquellas personas que sienten, desde su propio estado de vida laical, la necesidad de dar gratuitamente su tiempo y su esfuerzo en favor de otros hermanos que lo necesitan con urgencia, así como favorecer el compromiso cristiano en la tarea diaria.

Nuestro trabajo con laicos se desarrolla principalmente desde dos ámbitos: 1) Desde nuestras obras, en el proyecto que hemos denominado Fraternidades por el bien, donde, además de compartir responsabilidades en la gestión de centros, se intenta crear verdaderas comunidades cristianas.- 2) Desde el Voluntariado Madre Francisca, que pretende favorecer la entrega generosa de muchas personas para la construcción de una sociedad más justa y fraterna.

IV) ONGD Y PÁGINA WEB

Desde mayo de 1994, la congregación tiene la ONGD denominada ECOSOL (=Economía para la COlaboración SOLidaria con los más marginados). Sus fines principales son: el fomento de la solidaridad entre los hombres y los pueblos, la cooperación al desarrollo y la promoción humano-social, el compromiso en el trabajo por la justicia social, el trabajo a favor de la reinserción social de los más desfavorecidos, la formación de agentes de promoción social, la promoción e integración social de la mujer.

Unos años después, respondiendo a las inquietudes de nuestros ex alumnos sordos, se constituyó la delegación llamada ECOSOL-Sord, Economía y Colaboración Solidaria con las personas Sordas, con sede en Madrid, actualmente extendida por Andalucía, Aragón, Castilla-León. Esta delegación establece su campo prioritario en la promoción humana y la defensa de los derechos de las personas sordas en los países del Tercer Mundo.

Cf. http://www.ongd.es/ecosol/ y http://www.ecosol-sord.org/

Para una información más completa sobre las
Hermanas Franciscanas de la Inmaculada
véase la página web, en español y en inglés:
http://www.franciscanasdelainmaculada.com

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